Félix Ojeda Hernández*
La porción más importante de la riqueza de un país es su PRODUCTO NACIONAL (PN), constituido por una gran variedad de bienes de consumo y una gama cada día más amplia de medios de producción, tales como materiales, máquinas, equipos, sistemas de transporte, edificaciones, entre otros. La fuente creadora del PN es el trabajo productivo de millones de personas ocupadas en las distintas ramas de la industria manufacturera, al agricultura, la ganadería, la pesca y la minería. La actividad económica nacional que se despliega en torno al PN, se estructura en cuatro ámbitos, a saber: Producción, distribución, circulación y consumo. En este breve articulo sólo nos referiremos a la distribución.
Para comprender mejor lo que significa la distribución de PN conviene partir de su producción. Esta es realmente el ámbito fundamental de la economía, toda vez que en ella surge el PN, tanto en términos físicos como en términos de valor; y, además, se establecen las relaciones económicas básicas de la sociedad. Estas relaciones, llamadas relaciones de producción, son las que determinan el contenido fundamental de la distribución. En las economías capitalistas las relaciones económicas fundamentales que dominan la producción y la distribución son las relaciones existentes entre los trabajadores y los empresarios capitalistas, ambos actores principales del proceso económico.
En la producción los trabajadores ponen en acción su fuerza de trabajo, mediante la cual crean el PN; los empresarios compran a los trabajadores su fuerza de trabajo por un tiempo cada día, tiempo denominado jornada laboral.
Durante la jornada laboral tiene lugar el proceso de producción. En este proceso los empresarios combinan dos mercancías: la fuerza de trabajo y los medios de producción. La mercancía activa es la fuerza de trabajo, ya que es la que crea el PN, tanto en su aspecto físico, es decir, como conjunto de objetos útiles, como en su aspecto de valor, es decir, como suma de valores de cambio; suma integrada por los salarios (S) y por las ganancias (G).
El valor monetario del PN se obtiene sumando los salarios anuales de los trabajadores más las ganancias anuales de los empresarios. Este valor es el valor total de los bienes de consumo y los medios de producción creados en un año.
La distribución propiamente dicha del PN se refiere al reparto del valor de éste entre los trabajadores y los empresarios; la porción que reciben los primeros es el salario y aquella que retienen para sí los empresarios es la ganancia. Así, pues, tenemos que S+G=PN. Este valor se conoce como INGRESO NACIONAL (IN). En consecuencia, podemos escribir la expresión anterior de esta forma: S+G=IN.
La actividad comercial se realiza en el ámbito de la circulación, esfera aparte de la producción y la distribución. En la circulación sólo se intercambian, mediante el dinero, las mercancías producidas, pero no se les añade ningún valor. En la circulación se intercambian valores, no se crea valor. Esto significa que las ganancias que retienen para sí los empresarios comerciantes son en realidad, parte de las ganancias que retienen para sí los empresarios industriales. Además, debemos tomar en cuenta a los tenedores de capital dinero, los banqueros, quienes logran ganancias que reciben el nombre de intereses, los cuales perciben mediante el crédito que otorgan principalmente a industriales y comerciantes; intereses que, en definitiva, son parte de las ganancias obtenidas por éstos dos últimos tipos de empresarios.
Resumiendo lo antes dicho sobre la distribución del ingreso nacional en una formula sencilla tenemos que:
IN = Salarios + Ganancias de industriales + Ganancias de comerciantes + Ganancias de banqueros.
Esta forma de la distribución se llama distribución primaria y no incluye al Estado como perceptor de ingreso, como participante en el proceso distributivo. Ahora, bien, si consideramos que el Estado en todo el país se halla inserto en el proceso de la distribución, ahora entonces un nuevo concepto: la distribución secundaria o redistribución. Consiste ésta en que el Estado vuelve a distribuir parte del IN entre los trabajadores y los empresarios, y, asimismo entre el resto de los habitantes del país y, hasta de algunos habitantes de otras naciones. Se opera esta redistribución mediante diversas políticas económicas. Una de éstas es la política fiscal, por la cual se sustrae dinero (ingreso) a los trabajadores y empresarios en forma de impuestos. El impuesto sobre la renta renta significa ingreso y otros impuestos tales como el impuesto al valor agregado, el impuesto al consumo, los impuestos municipales, etc. van al Fisco (tesoro del Estado) , y, luego, el gobierno de turno, previa aprobación del poder legislativo (Congreso o Parlamento) los gasta en muy diversas actividades y con diferentes propósitos, como por ejemplo, la educación, la creación de ciencia y tecnología, la salud, el transporte público, subsidios para trabajadores y empresarios, pensiones y jubilaciones, y el pago de los intereses de la deuda pública.
La acción redistributiva del Estado es absolutamente necesaria, por muchas razones. Veamos algunas. En primer lugar, para que ciertas actividades de interés público como la educación, los servicios hospitalarios, el alumbrado de calles y autopistas, y el correo puedan existir en cantidades adecuadas y comprarse a precios asequibles para todos los ciudadanos. En segundo lugar, para financiar actividades propias del Estado, entre las que se cuentan la defensa militar, la administración aduanera y la justicia. En tercer término, para transferir recursos económicos (es decir, parte del PN) a aquellos que no tienen cabida en la economía de mercado, por ejemplo, los niños desamparados, los menesterosos, los enfermos y los ancianos pobres y, también, a aquellos que el mismo mecanismo de la economía de mercado priva temporalmente, a veces por poco y a veces por demasiado tiempo, de la posibilidad de vender su fuerza de trabajo, única mercancía que pueden enajenar para adquirir medios de vida.
En la distribución del PN se aprecian claramente los conflictos de intereses que tienen lugar en el interior de la economía, y que constituyen el trasfondo de las discusiones parlamentarias sobre proyectos de leyes económicas y medidas de la política económica estatal. Los principales conflictos sociales en relación con la distribución del PN son:
El conflicto entre los trabajadores y los empresarios por el reparto del IN entre los salarios y las ganancias. Recordemos la fórmula S+G=IN. Independientemente de la magnitud del IN, la cual aumenta en épocas de prosperidad y disminuye en períodos de recesión económica, es muy claro que las presiones de los trabajadores para incrementar S y las de los empresarios para aumentar G van inexorablemente en sentido contrario;
El conflicto entre industriales, comerciantes y banqueros por el reparto de G. Ejemplo: si los banqueros elevan la tasa de interés que cobran, aumenta su participación dentro del total de G, y , por lo mismo, le merman las ganancias a industriales y comerciantes;
El conflicto entre las distintas clases y grupos sociales en torno a la forma que en un momento dado adopta la redistribución del IN por parte del Estado. Cada clase y cada sector de la sociedad desea una redistribución que favorezca sus intereses. No hay una redistribución que favorezca y satisfaga igualmente a todas las clases y grupos.
Señalamos, finalmente, que la ciencia de la Economía política, la cual aborda en profundidad el tema de la distribución del PN, nos revela las leyes y tendencias que regulan el reparto del IN en la economía y nos permite ampliar notablemente nuestra comprensión científica de los procesos económicos y políticos.
*Doctor en Economía (Universidad de Berlín), miembro del Dpto. de Ciencias Económicas y Administrativas
Universalia nº 2 Sep-Dic 1990