Gloria M. Buendía*
La existencia de un Ciclo Básico común es, junto con el sistema de Estudios Generales, una de los sellos académicos distintivos de la Universidad Simón Bolívar. Desde sus comienzos este programa ha sido en extremo ambicioso: se espera que en este ciclo se nivelen los conocimientos obtenidos en bachillerato, que se ayude a los estudiantes a adquirir la madurez necesaria para adaptarse a la vida universitaria, que se les proporcione orientación vocacional y que se les dé los conocimientos básicos para proseguir estudios en el área de su especialidad. Si a todos estos objetivos añadimos que en los últimos años también se le ha asignado el poco airoso papel de servir de "filtro" para entrar en carrera, no nos debe extrañar la variedad de posiciones e interpretaciones que sobre el ciclo básico se difunden entre los miembros de nuestra comunidad. En muchos casos estas interpretaciones, al perder la visión integral del programa, dan lugar a confusiones y a críticas infundadas. Sobre algunas de estas interpretaciones quisiera hacer unos comentarios.
Una confusión común es considerar el Ciclo Básico como un preuniversitario que completa la deficiente formación obtenida por nuestros estudiantes en bachillerato. Al respecto considero importante recalcar que los cursos que se ofrecen en este ciclo son cursos estrictamente universitarios, cuyos contenidos y nivel no pertenecen a los programas de educación media, de modo que no deben considerarse como cursos remediales de bachillerato. Sin intención de argumentar sobre la necesidad o no de cursos remediales, sí quiero manifestar mi opinión de que ellos no deben formar parte de nuestro Ciclo Básico. Haríamos un pobre favor a nuestro sistema educativo convirtiendo nuestras universidades en complementos de un deficiente sistema de educación media.
Simultáneamente con la interpretación anterior surge la posición de que el Ciclo Básico no forma parte de la carrera, la cual comienza realmente luego de culminado éste. Esta confusión está reforzada por las etiquetas de Ciclo Básico y de Ciclo Profesional que aparecen en nuestros planes de estudio, las cuales parecen sugerir que el Ciclo Básico no forma parte del currículum profesional, cuando por el contrario es una parte importantísima del mismo, ya que allí se proporcionan formación básica y destrezas comunes a un conjunto de profesiones. Si bien es cierto que la gran mayoría de nuestros estudiantes son asignados a carrera una vez culminado el primer año (lo que desafortunadamente no siempre coincide con la culminación del Ciclo Básico), también es cierto que el estudiante que ingresa a esta universidad ya ha hecho una preselección entre un grupo de carreras afines y que requieren una formación básica común. El Ciclo Básico permite a nuestros estudiantes adquirir esta formación a la vez que les otorga el beneficio de postergar la elección definitiva de carrera hasta que puedan hacer una decisión más madura y realista.
El conjunto de materias que se dictan en el básico fueron escogidas para desarrollar en el estudiante habilidades y aptitudes fundamentales en su futuro desempeño profesional y humano. Los cursos de Matemáticas y de Física le ponen en contacto con el lenguaje y el razonamiento científico que va a aplicar en su profesión así como le proporcionan los conocimientos fundamentales en que se basarán los estudios que va a proseguir. Los cursos de Lenguaje le desarrollan la capacidad de apreciar su idioma y de utilizarlo de forma efectiva. Los Estudios Generales en el área de Ciencias Sociales o Ambientales le ayudan a comprender el entorno social o ambiental y cómo integrarse a él de una forma armónica. Los cursos de Inglés le abren el amplio horizonte de una nueva cultura y le dan acceso a la gran cantidad de información técnica que se encuentra en este idioma. Los Estudios Generales de Asesoramiento lo ayudan a orientarse en el difícil tránsito al mundo universitario y a la elección de carrera. La reciente inclusión de los cursos de Informática obedece a la necesidad familiarizarse con uno de recursos más importantes y útiles que ha puesto la tecnología a su alcance.
Nuestro Ciclo Básico no es ideal, hay muchas cosas que se pueden y deben mejorar. Pero quiero insistir en que cualquier modificación que se proponga debe tender a reforzar su carácter formativo en áreas básicas en lugar de introducir allí materias especializadas que tengan como objetivo desarrollar destrezas particulares para cada carrera. Un profesional competente debe tener, además de conocimientos de su especialidad, una sólida formación básica que le permita enfrentar con éxito la diversidad de problemas que aparecerán en su ejercicio profesional.
*Licenciada en Física, Mención Cum Laude (USB). MSc. en Física, mención de Honor (USB). PhD en Física (Universidad de California en San Diego)
Universalia nº 4 Abr-Jul 1991