Egilda Rangel Prada*
Isaías Medina Angarita nació en San Cristóbal (Estado Táchira) el 6 de julio de 1897. Ingresó a la Escuela Militar a los 14 años y permaneció en la actividad castrense durante toda su vida. Ministro de Guerra y Marina durante el gobierno del Gral. Eleazar López Contreras, hasta que es proclamado candidato presidencial por miles de simpatizantes, intelectuales y otros sectores de la vida nacional. Murió e1 15 de septiembre de 1953.
El 5 de mayo de 1941, el Presidente del Congreso de Venezuela. Dr. José Encarnación Serrano notificó públicamente que el Gral. Isaías Medina Angarita había sido elegido como presidente constitucional para el período 1941‑1946 y se realizó el juramento según el artículo 97 de la Constitución de 1936, el Presidente del Congreso dijo lo siguiente: “Colaborador constante, decidido y leal del ciudadano General López Contreras, que acaba de descender con honra y brillo del solio al cual ascendéis, conocéis el plan para hacer de la República lo que es: Se respetan las leyes y vamos a velocidad y carrera hacia el progreso. Sóis el continuador de la obra y os sobran cualidades...” [1].
En ese mensaje observamos que el Dr. Serrano incita al nuevo Presidente a continuar con el mismo estilo de gobierno de López Contreras, cuya característica había sido el anticomunismo militante. Sin embargo, Medina inició una nueva forma de gobernar, permitió mayor libertad de pensamiento que el régimen anterior, legalizó partidos políticos que hasta entonces habían permanecido en la clandestinidad, aseguró el ejercicio pleno de las garantías constitucionales y realizó una reforma de la Ley de Hidrocarburos para asegurar una participación más justa a la Nación en la riqueza petrolera, con la que dio un decidido impulso a la política de reversión petrolera, primer escalón de la nacionalización. Desde un primer momento empezaron a ponerse de manifiesto diferencias entre López Contreras y Medina.
Sin embargo, en el primer gabinete de Medina se observa todavía preponderancia Lopecista, pero en los gabinetes ulteriores escogió a civiles como los Drs. Caracciolo Parra Pérez, Félix Lairet y Arturo Uslar Pietri, entre otros. La actuación de Medina lo llevaría a enfrentamientos con el ex‑presidente López, quien asumió una actitud de censura y oposición debido a las medidas que se estaban llevando a cabo.
Unas de las primeras iniciativas del nuevo gobernante fue la creación de la Oficina Central de Investigación de la República creada el 23 de julio de 1941, fecha en la cual se inició la expedición de las cédulas de identidad personal y que hoy abarca a la totalidad de los ciudadanos venezolanos y de los extranjeros residentes en el país; esto fue un paso importante en la tecnificación administrativa.
En julio de 1941 se reconoció legalmente el partido Acción Democrática. Medina Angarita al respecto dijo lo siguiente... “En los primeros meses de mi gobierno solicitaron audiencia algunos ciudadanos que expusieron el deseo de formar un partido político... querían saber si yo apoyaría la formación de los partidos políticos... Les expresé mis ideas favorables al amplio desarrollo democrático de nuestro pueblo y mi firme propósito de garantizar el uso de todos los derechos constitucionales...” fue así como nació el partido político Acción Democrática...[2]
Sin embargo, Rómulo Betancourt, máximo líder de Acción Democrática, consideró que la legalidad de su partido no fue obra de las convicciones democráticas de Medina, sino consecuencia de la situación mundial de guerra contra el fascismo y expresó lo siguiente: “Dentro de estas condiciones internacionales le resultaba difícil al nuevo gobernante comportarse de acuerdo con los cartabones troquelados por su antecesor. La necesidad accesoria de crearse una cierta base de opinión popular, con la cual oponerse a la tutoría imperiosa de quien lo había hecho Presidente, contribuyó al viraje impreso por Medina a los rumbos políticos del país.”.[3]
Otra de las reformas que puede considerarse como un adelanto democrático fue la elección directa de Diputados al Congreso y el voto de la mujer para la elección de concejales. Eliminó el inciso VI que prohibía las actividades comunistas en el país; esto fue muy discutido, pero Medina consideraba que todos los venezolanos tenían el derecho de expresar sus ideas.
Completando estas reformas constitucionales, fue introducido el proyecto de la nueva ley de elecciones, que permitió la representación minoritaria en las Cámaras.
Estableció relaciones con la Unión Soviética como lo estaban haciendo todos los países americanos. En febrero de 1945 suspendió las relaciones diplomáticas con las potencias del Eje: Japón, Italia y Alemania.
En 1942 anunció sus planes de revisar las leyes de concesiones y pidió al Congreso que aprobara la primera Ley de Impuestos sobre la Renta, que inducía el gravamen de los beneficios netos de las compañías petroleras. A principios del año siguiente la ley entró en vigor y en febrero de ese mismo año presentó al Congreso el proyecto de una ley petrolera que fue aprobada sin modificaciones.
Los miembros de la oposición en el Congreso dirigido por Pérez Alfonso acusaban al gobierno de ser complacientes con las compañías y decían que éstas debían de haber pagado más por los abusos pasados. Medina Angarita defendió su posición afirmando que sus propósitos eran obtener al menos el 50% de las ganancias de las compañías para el país.
La ley de 1943 unificó la legislación que regiría los contratos o concesiones otorgadas anteriormente; el impuesto de explotación o regalía lo fijó en el 16 2/3 % sobre el valor del petróleo producido. La Ley se aplicó a todas las empresas por igual. En cuanto al término de expiración de las concesiones se fijó para todas en 40 años. Esta ley es un antecedente para que en 1976 las concesiones petroleras pasaran a ser propiedad del estado venezolano.
*Licenciada en Educación, Mención Ciencias Sociales UCAB. Investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium, USB.
[1] José Rivas Rivas. Historia Gráfica de Venezuela. Caracas. Centro Editor. Tomo 2. p.21.
[2] Isaías Medina Angarita. Cuatro Años de Democracia. Caracas. Pensamiento Vivo, C.A. Editores. p.22.
[3] Rómulo Betancourt. Venezuela Política y Petróleo. Barcelona. Edith. Seix Barral, S.A. 1979. p.161.
Universalia nº 5 Sep-Dic 1991