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Prometeo

Johann Wolfgang von Goethe

Este poema fue escrito alrededor de 1774, es decir, cuando Goethe tenía sólo 25 años de edad, pero no fue publicado hasta 1785. Pertenece al movimiento literario Sturm und Drang (aprox. 1760 1780), el cual constituyó una revuelta intelectual de los jóvenes poetas alemanes contra el racionalismo de la ilustración, su apego exagerado a los principios morales y su visión simplista de la naturaleza humana. El movimiento criticaba asimismo la sociedad de su tiempo, por considerarla demasiado rígida y hostil a su concepción de la vida, y defendía en cambio, por encima de todo, el valor del genio individual (el gran modelo de esta época fue el poeta inglés William Shakespeare, 1564 1616). Todos estos rasgos aparecen ejemplarmente encarnados en el personaje central del poema que aquí presentamos, Prometeo.

Goethe conoció este tema mitológico gracias a los Libros humanísticos del Barroco que existían en la librería de su padre. Prometeo, como es sabido, era un semidiós, hijo de un Titán; moldeaba con barro a los hombres y les infundía vida. Cuando robó del Olimpo el fuego para entregárselo a los hombres, Zeus lo condenó a ser encadenado indefinidamente a una montaña del Cáucaso. Pero más tarde Zeus se apiadó de él y permitió que Hércules lo liberara de su tormento.

El Prometeo de Goethe pronuncia su monólogo en el momento en que su oposición a Zeus es mayor, es decir, cuando se encuentra totalmente aislado, pues incluso se ha enemistado con los Titanes, sus antepasados. Sin embargo, permanece desafiante y seguro de sí mismo, dispuesto a reconocer sólo a dioses arcaicos anteriores a los olímpicos, como el eterno Destino (Moira) y el "Tiempo todopoderoso" (Cronos). Esta actitud orgullosa lo distingue del Prometeo que nos dibujan las versiones provenientes de la antigüedad clásica.

Para Goethe, todo proceso de creación artística se compone esencialmente de dos momentos: uno de distanciamiento con respecto a lo originario primitivo (diástole) y otro de reencuentro con él (sístole). El poema "Prometeo" representa, por supuesto, sólo el primer momento; de ahí que Goethe soliera publicarlo junto con otro, titulado "Ganímedes", en el que enaltecía la identificación del hombre con el universo.

¡Cubre tu cielo, Zeus,
con neblina!
Y ejercítate
sobre robles y alturas montañosas,
como un joven que descabeza cardos!
Pero a esta tierra mía
has de dejármela intacta,
y a mi cabaña,
que tú no construiste,
y a mi lar,
por cuya lumbre
tú me envidias.

No conozco nada más pobre
bajo el sol que vosotros los dioses.
Con tributo de ofrendas
y sahumerio de plegarias
alimentáis mezquinamente
vuestra majestad,
y pareceríais, si no fueran
niños y mendigos
esperanzados necios.

Cuando, siendo un niño,
se me derrumbó el mundo,
mis ojos extraviados se volvieron
hacia el sol como si arriba hubiese
un oído para escuchar mi queja,
un corazón como el mío
para apiadarse del oprimido.

¿Quién me socorrió frente a la soberbia de los Titanes?
¿Quién me libró de la muerte y de la esclavitud?
¿No fuiste tú, sagrado corazón ardiente,
quien realizó todo por sí mismo?
Y joven y bueno, defraudado,
¿te inflamaste de gratitud por la ayuda
de quien dormía allá arriba?

¿Yo honrarte a ti? ¿Porqué?
¿Cuándo aliviaste las penas del agobiado?
¿Cuándo enjugaste las lágrimas del atemorizado?
¿No me forjaron como hombre
el Tiempo todopoderoso y el eterno Destino,
mis señores y los tuyos?

¿Acaso imaginaste
que habría de odiar la vida
o huir a los desiertos
porque no todos los sueños granados
de mi adolescente aurora maduraron?

Heme aquí: moldeo hombres
a mi imagen,
una estirpe que se me parezca,
que sufra, llore,
disfrute y se alboroce,
y que a ti no te respete,
como yo.

Traducción y nota: Fabio Morales

Fuentes: Goethes Werke, Hamburger Ausgabe, tomo I. Comentario de Erich Trunz. Muenchen: Beck 1982; Walter Poetscher, "Prometheus", en: Der Kleine Pauly, tomo IV. Muenchen: DTV,1979; "Sturm und Drang", en: Volks Lexikon, tomo 11. Mannheim: Bibliographisches Institut, 1981.

Universalia nº 5 Sep-Dic 1991