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Reflexión sobre la novela

Josefina Berizbeitia

" (...) la novela vendría a ser la expresión
de un cierto vacío, la pérdida de una
plenitud que antes se realizaba
en formas literarias más clásicas.
Es la manifestación
de un conflicto nuevo: el del hombre
frente a un mundo que le es
irremediablemente hostil."

Tradicionalmente la novela ha sido considerada un género impuro: no tiene la dimensión heroica de la épica, ni la solemnidad del drama, ni la depuración de la poesía, ni siquiera la concentración de la fábula o del cuento. Además la novela nace tardíamente, después de que por mucho tiempo los escritores se han ejercitado en el manejo de estos discursos literarios aparentemente más nobles. La novela parece recoger, de todas estas estrategias anteriores a ella, indicaciones y pautas que reelabora en una síntesis donde lo nuevo está permeado a la vez de lo viejo. Ni completamente pura, ni totalmente original, la novela aparece en la historia como esa hija ilícita que a todos le debe -puesto que de todos tiene un poco- y que muchos consideran por lo tanto de rango inferior. No es de extrañar entonces la desconfianza que ella ha despertado en momentos distintos de la historia: leer novelas pareciera una actividad poco seria, un pasatiempo de motivaciones dudosas reservado, en todo caso, para personas "con tiempo para perder" (y aquí las mujeres han sido señaladas como público privilegiado), o para personas que tienen una imaginación sedienta de fantasía (se hablaría entonces no sólo de mujeres sino de sensibilidades enfermizas como las de soñadores, locos, etc.).

Si la novela se distingue -en cuanto a intención y medios se refiere- de la épica, el drama, la poesía o el cuento, veamos ahora en qué consiste concretamente esa distinción: cuál es ese mundo que ella pretende reflejar, a qué tipo de hombre se quiere referir y con qué instrumentos cuenta. Recordemos que la novela surge en un momento de la historia en que el hombre ha perdido fe en su destino como héroe de hazañas grandiosas. La vida ya no tiene esa dimensión épica de antaño; las luchas titánicas con poderes sobrehumanos (estado, destino, dioses) han dado paso a preocupaciones más cotidianas. La realidad pierde su carácter sagrado para recobrar una medida más humana. El hombre vuelve su atención a un mundo que le atañe de manera mas inmediata, un mundo ahora desprovisto de héroes, de dioses y de grandes ilusiones; tiempo antiheroico en el que destacan lo trivial, lo banal, lo sencillo. La novela registra la conciencia de este cambio y, paradójicamente, a menudo se propone como posibilidad de evasión de tal realidad. Así no será siempre fiel retrato de lo real sino que a veces mantendrá con ello una relación (fructífera) de tensión. De hecho la novela es la primera forma literaria que se propone como ficción pura. Frente a formas más "serias" ella trabaja muchas veces con el rechazo que despierta una realidad prosaica y con la consecuente búsqueda de ilusión. Espacio de la huida, de la fantasía, de la nostalgia, la novela no siempre encarna una misión edificante; a ratos parece más bien satisfacer necesidades menos elevadas del ser humano: sed de aventura, de exotismo, de un idealismo que el hombre ya no es capaz de crear por sí solo.

En este sentido la novela vendría a ser la expresión de un cierto vacío, la pérdida de una plenitud que antes se realizaba en formas literaria más clásicas. Es la manifestación de un conflicto nuevo: el del hombre frente a un mundo que le es irremediablemente hostil. Las infinitas respuestas a este conflicto pueblan las novelas desde la época clásica hasta la época contemporánea. Muchos son los medio que se necesitan para esta tarea: desde la historia hasta el teatro, pasando por la poesía, la novela recurre a todos los discursos; nada le es ajeno en esta audaz exploración de lo humano.

Forma abierta, abigarrada, bastarda; retórica de la ausencia del hombre frente al mundo o frente a sí mismo; ocupación trivial: todas estas maneras de percibir la novela contribuyen al hecho de que ella haya ocupado un puesto ambiguo en el panorama de tos géneros literarios. Un estudio mas exhaustivo de este universo intentaría aclarar el verdadero aporte de la novela como la proposición estética de una nueva percepción del mundo, sus aciertos en traducir aspectos de la vida humana que se han vuelto urgentes y que no tienen cabida en las formas anteriores.

Universalia nº 6 Ene-Abr 1992