Lorenzo González Casas*
El crecimiento poblacional de Venezuela pone en relieve la importancia y dimensión del fenómeno urbano, el cual ha desbordado muchas veces las capacidades institucionales y técnicas del país. La creciente preocupación por este tipo de asuntos se evidencia tanto por la insistencia con la que se reseña en los distintos medios como en la creación de entes especializados; la ampliación del marco jurídico-administrativo; la elección directa de autoridades a nivel local, quienes tienen en el éxito de su política y actuaciones urbanísticas una medida de su capacidad; el proceso de organización de comunidades, con el motivo urbanístico como gran eslabón, y una cada vez mayor responsabilidad en la ejecución del urbanismo por parte de la iniciativa privada.
La Universidad Simón Bolívar, a través de un programa de estudios a nivel de pregrado, pionero en el país y de los primeros en América, se incorporó, desde 1975, a la formación de recursos humanos capacitados para producir y administrar los programas de desarrollo y ordenación urbanística requeridos.
Seguramente algunos lectores se habrán preguntado por las posibilidades de actuación de esta disciplina y también por las razones de su presencia en una institución de educación superior como la Universidad Simón Bolívar.
Con respecto a la primera interrogante, hay que destacar la magnitud del campo de desarrollo de las actividades del profesional en urbanismo. La diversidad y amplitud de ese campo devienen del inexplicable vínculo que la disciplina tiene con la ciudad, la cual es un objeto de estudio también extenso y, sobre todo, complejo.
Imaginemos por un momento la multitud de situaciones enfrentadas, durante cualquier día, por un habitante de una ciudad como Caracas. Pues bien, en relación con muchas de ellas se abren oportunidades de intervención para un urbanista; tanto para mejorar lo existente como para crear nuevas opciones de vida urbana.
Dada la dinámica de nuestras modernas metrópolis, el urbanista no sólo debe pensar a posteriori la totalidad urbana y planificar el desarrollo futuro de los centros poblados, actividades que ya de por sí justificarían la actividad de este profesional. Hay también multitud de eventos, relacionados con transporte, servicios, financiamiento del desarrollo, vivienda, seguridad, instalaciones, recreación, ambiente y calidad de vida que requieren de su atención, y que son, como se decía antes, muy cercanos a la cotidianidad del ciudadano.
Se presta hoy día mucha atención a propuestas de dimensiones reducidas; a la aparición de infraestructuras en localizaciones estratégicas, a la incorporación de nuevas funciones urbanas, a la optimización de los enfoques gerenciales más allá de la praxis convencional. es por ello que paulatinamente se va haciendo hincapié en la gestión, en proyectos de moderada dimensión, concretos, locales, de apoyo a comunidades y municipios, empresas inmobiliarias, consultoras y entidades financieras.
Por otra parte, y en relación a la segunda interrogante, no es por azar que la Universidad Simón Bolívar sea la primera institución con este tipo de formación a nivel de pregrado. Ello es consecuente con una idea extraordinaria, la cual va íntimamente imbricada en el proyecto de excelencia de nuestra universidad, que es la búsqueda de la formación del técnico humanista. Urbanismo se lo planteó como objetivo desde sus inicios. Si se observa el perfil de este profesional se evidencia la sintonía con la propuesta formativa de la Universidad. Un profesional que se desarrolla en el ámbito de la ingeniería orientado hacia el ser humano, y que por tanto figura como profesional adscrito al Colegio de Ingenieros de Venezuela.
Se busca la formación de recursos humanos con una sólida capacitación interdisciplinaria y variadas destrezas, entre las cuales se puede señalar, además de entender la naturaleza de la realidad urbana, el desarrollo de habilidades cuantitativas (las cuales permiten el modelaje de situaciones, manejo de sistemas de información y el uso de herramientas financieras y estadísticas); espaciales (para el diseño y representación física de los fenómenos) y sociales (para el manejo de aspectos sociales, legales y de gerencia y negociación de proyectos complejos). Esta combinación produce un profesional muy completo, como varias generaciones de egresados ya lo han demostrado.
El sistema de enseñanza se apoya en el uso de talleres, los cuales funcionan como actividades integradoras de diferentes especialidades, a la par que son campo de simulación de situaciones reales.
Cambiar un local de cine por una tienda o el uso de todo un sector de una ciudad, financiar un desarrollo de vivienda, la creación de sistemas de información para un municipio, una nueva ruta de transporte público, una manera diferente para la recolección y disposición de desechos sólidos, la vigilancia de un sector, el estacionamiento en áreas centrales, la evaluación de factibilidad de una propuesta, la gestión de una iniciativa urbanística, la localización de un parque o un estadio, habilitar nuevos terrenos, la preservación de espacios abiertos, la medición de impacto ambiental de un nuevo desarrollo, estudios de mercado para un centro de actividades urbanas, son algunas tareas que ilustran la gama de actividades de un egresado en urbanismo. Sin contar que para inicios del próximo siglo se tendrá que urbanizar tanto como lo que se ha realizado desde el periodo colonial, ya que la población venezolana llegara a unos 30 millones de habitantes, con un 85% de población urbana y tres cuartas partes viviendo en ciudades de más de 500 mil personas.
No quisiera finalizar sin expresar al paciente lector que programas de desarrollo como los petroleros y petroquímicos, sideros-carboníferos, desconcentración industrial, ocupación fronteriza, política habitacional, reforma del Estado, plan ferrocarrilero, gerencia de los servicios públicos y privados, reactivación de la industria de la construcción, son áreas donde se pueden presentar cuellos de botella si falla el factor humano encargado de llevarlos a la práctica.
El concurso de los urbanistas será muy importante para que ello se realice adecuadamente.
*Arquitecto (1980) y Urbanista (1981). Coordinador de la Carrera de Urbanismo USB (1989-91).
Universalia nº 6 Ene-Abr 1992