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Los elementos indivisibles de Demócrito

Laszlo Sajo Bohus*

En todos los textos de historia de la ciencia siempre aparece el nombre de Demócrito como el "padre" de los átomos. Por vía especulativa, los griegos habían determinado que toda la materia estaba constituida por fragmentos indivisibles llamados átomos. Poco o casi nada se dice de la ciencia desarrollada por los antiguos chinos que indudablemente tenían ya el concepto de elemento unitario existente en la naturaleza. En el Universo desde que se formó, existen muchos elementos: en realidad conocemos hasta la fecha más de un centenar, algunos de los cuales habían sido descubiertos por los grandes atomistas modernos como Danton y otros del período de la industrialización.

Hasta el año 1871 se habían estudiado la mayoría de los elementos, se conocían sus características, su comportamiento, cómo se combinaban y se relacionaban en química, pero faltaba una clasificación detallada. Mendeleiev en este mismo año se propuso clasificarlos y concibió la tabla que hoy conocemos como tabla de Mendeleiev. En una tira de papel había marcado en sucesión los elementos, enrollándola luego sobre un cilindro de un diámetro oportuno, descubriendo que los elementos en columna eran químicamente similares, es decir que pertenecían a un mismo grupo.

Naturalmente en el tiempo de Mendeleiev la tabla no era completa, faltaban muchos elementos. Por ejemplo no se descubre sino hasta el año 1937 el elemento tecnecio que en la naturaleza no existe, pues es un producto artificial.

Tampoco existía el astato que es otro elemento artificial obtenido al bombardear con helio ionizado el elemento bismuto. No existía el elemento francio, producido en la cadena de decaimiento del actinio. hay hechos curiosos referentes a estos tres elementos. Por ejemplo el tecnecio es frecuentemente utilizado hoy en día en medicina para diagnóstico nuclear. Sobre el elemento astato, no sabemos mucho, siendo un elemento de muy baja vida media. No se ha podido sintetizar una cantidad suficiente para determinar sus parámetros físicos. Se sabe que existe pero no se han podido estudiar sus características. Lo mismo se puede decir del francio: no se ha podido estudiar exhaustivamente por tener una vida media de algunos minutos.

Consultando la tabla periódica de los elementos recientemente elaborados, se observa que existen unos 92 elementos naturales y, excluyendo los tres elementos que hemos mencionado anteriormente, todos son bien conocidos. Aparte de éstos, existe también otro grupo de elementos que son producidos artificialmente por medio de reacciones nucleares; hasta hoy se han producido 11 que son: neptunio, plutonio, americio, curio, berquelio, californio, einstenio, fermio, mendelevio, nobelio y laurencio. Cada nombre escogido en honor de algún dios de la mitología o de la ciencia. Se presenta en la misma tabla unas últimas casillas reservadas para elementos con números atómicos mayores de 104. Este número indica la cantidad de protones constituyentes el núcleo. Hasta ahora este elemento (104) no se ha mencionado en la literatura con un nombre definitivo, aunque se haya podido producir en dos diferentes laboratorios. La causa principal de la falta de asignación de un nombre es imputable a la controversia existente entre los científicos que han anunciado su descubrimiento. Efectivamente bombardeando con iones de neón 22 un blanco de plutonio 240 es posible producir el elemento de 104 protones que por supuesto ocuparía la última casilla de la tabla de Mendeleiev. En un principio se ha asignado el nombre de kurtachovio aprovechando así la ocasión para rendir homenaje a uno de los más grandes científicos contemporáneos: Igor Kurtachov. Sin embargo, otro grupo del Laboratorio de Berkeley le asignó el nombre de rutherfordium en homenaje al grande atomista y Físico Ernest Rutherford. De esto se comprende el por qué en la literatura hasta hace poco tiempo, se encuentra un mismo elemento con nombres diferentes.

El otro caso oficialmente conocido y aceptado es el tungsteno llamado también wolframio.

En los últimos años se ha podido comprobar experimentalmente que se puede inducir la formación de átomos más pesados que el elemento 104, así el 105, el 106 y algunos otros más. Existe la teoría de poder formar por medio de reacciones nucleares elementos lejos de la curva de estabilidad atómica. Naturalmente el caso de poder producir tales elementos "superpesados" hace más complicada la asignación de nombres.

Recientemente la Sociedad Real de Química de Inglaterra publicó una nueva tabla de Mendeleiev completa con todos los elementos y sus propiedades. Se observa que en las últimas casillas el elemento no es designado ya con un nombre especifico en homenaje de algún "gurú" científico sino la traducción del número atómico en latín; así por ejemplo el número 104 se le indica unnilquadium y el elemento 105 unnilpentium. Esto significa entonces que los elementos desde ahora en adelante; independientemente de quien los descubra, ya tendrán un nombre. Pero, ¿se pueden imaginar el momento en que se descubra el elemento 160, cómo se llamaría?.

*Universidad de Milán. Instituto de Ciencias Físicas"Laurea Di Dottore" PhD en Física, University of Birmingham UK. Miembro del Dpto. de Física USB

Universalia nº 6 Ene-Abr 1992