Hermann Hesse
El hombre no es una configuración firme y duradera (...) es más bien un experimento y una transición, no es otra cosa que el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu. Hacia el espíritu, hacia Dios, le empuja su más íntima determinación. Hacia la naturaleza, de vuelta hacia la madre, le arrastra su más íntimo anhelo: entre ambas fuerzas oscila, llena de angustia, su vida.
El lobo estepario (1927)
A nosotros, para quienes el arte, la naturaleza o las ciencias han convertido en obligación el sentido de la cualidad y el servicio a ella, nunca nos podrá interesar servir a la cantidad, ni (...) fomentar el error de creer que los problemas humanos se solucionan como los matemáticos. Tenemos que servir a los valores en los que realmente creemos, aunque sólo lo podamos hacer en un ámbito pequeñísimo.
De su correspondencia (1920)
Las cosas que vemos son las mismas que están en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos en nosotros. Por eso la mayoría de los hombres viven de manera tan irreal, porque consideran las imágenes externas como si fueran la realidad y, en cambio, no dejan que se manifieste su propio mundo interior. Se puede ser feliz así, pero cuando se conoce la otra posibilidad no cabe ya la elección de seguir el sendero de la mayoría.
Demian (1919)
La lectura disipada e irreflexiva es como un paseo por un paisaje hermoso con los ojos vendados. Tampoco hay que leer para olvidarnos de nosotros mismos y de la vida cotidiana, sino todo lo contrario: para volver a asir, tanto más conscientes y maduros, con mano firme, las riendas de la vida. Tenemos que acercarnos a los libros, no como medrosos escolares al frío maestro, ni como el haragán a la botella de alcohol; sino como los montañeros a los alpes y como los guerreros al arsenal, nunca como fugitivos ni como personas sin voluntad de vivir.
Escritos sobre literatura (1929)
Prefiero a alguien que esté dispuesto a entregarse a los ideales más ingenuos del mundo que quien sabe hablar con inteligencia de todos los ideales y mentalidades, pero no es capaz de renunciar ni a lo más mínimo por uno de ellos.
De su correspondencia (1932)
(*) Tal es el título de la selección de fragmentos de los libros y cartas de Hermann Hesse (1877-1962), publicada originalmente en alemán en 1971 y en castellano, en dos volúmenes, por Alianza Editorial, de Madrid, en 1975. Los textos citados fueron elegidos por Ana María Rajkay, profesora del Departamento de Idiomas, quien suele dictar el curso IDY 311: Hennann Hesse: su lenguaje y su época, dentro del programa de Estudios Generales.
Universalia nº 7 Abr - Jul 1992