Ausi come unicorne sui
qui s'esbahist en regardant.
quant la pucele va mirant
(Semejante al unicornio soy / que se queda atónito al mirar / cuando contempla a la doncella)
Thibaut IV de Champagne (1201-1253)
Muchas narraciones legendarias nos cuentan sobre un extraño e híbrido animal de color blanco, cuerpo de caballo y un cuerno en la frente, que parece escapado del Edén. El unicornio en esta oportunidad no sólo es el motivo de nuestra portada, sino un punto inicial de indagación.
Cabalgando por centurias y libros, la fantástica criatura nos seduce tal vez en la misma proporción de su misterio: cómo es, dónde verlo, durante qué instante del día es posible su encuentro, qué hacer si lo hallarnos constituyen sólo una parte de los interrogantes que van desde leyendas medievales, pasando por nuestros cuentos infantiles, hasta nuestras divagaciones y efusiones más personales y líricas. Así, un poeta francés del siglo XIII, mientras se confiesa cautivo del amor de su dama, exclama en una canción "Ausi come unicorne sui" ("Semejante al unicornio soy"). Lo íntimo, lo mágico, lo místico, aun lo religioso en su alegoría más apunada van coincidiendo en la forma asombrosa y signo maravilloso del unicornio. Este misterio no es gratuito y así es explicado en más de una ocasión en los textos, pues el unicornio es "rnuy huidizo, y los cazadores no pueden acercarse a él sino con gran astucia", según nos relata un bestiario de la Edad Media. Por ello quizás podamos verlo corno símbolo de lo inasible imaginario y de perrnanentes deseos del hombre de hallar lo que no comprende del todo. Tal vez por lo mismo una versión se iza empeñado en ver al unicornio como símbolo de la poesía y sus alcances. Recordaba Saint-John Perse un parecido misterio en la poesía y explicaba sobre ésta -en su discurso de recepción del Premio Nobel- que "la oscuridad que se le reprocha no reside en su propia naturaleza, que es la de esclarecer, sino en la noche misma que ella explora, y que se impone explorar: la del alma y el misterio donde se baña el ser humano". De ahí una perspectiva que aprecia la poesía como forma de conocimiento de la esencial condición del hombre. Coincide esta reflexión precisatnente con el material que reúne este número de Universalia: un conjunto de poemas, cuyos autores son estudiantes de esta Universidad, reflexiones en torno al decir poético y una afirmación de optimismo para seguir la senda que busca un mejor vivir. Todo parece unirse en una parecida actitud. Por su parte Saint-John Perse definía a la poesía corno "modo de vida y de vida integral". Y agregaba: “ por su adhesión total a lo que es, el poeta mantiene para nosotros la unión con la permanencia y la unidad del Ser. Y su lección es de optirnisrno". ¿No es otra curiosa y emocionante coincidencia?
Volviendo al unicornio, a su carácter elusivo y difícil, el deseo constante de su captura insinúa también una continua búsqueda de algo que falta, quizás esa rnisrna unidad, lo que nos remite a viejas leyendas y otras alegorías en las que lo esencial y preciado que ha desaparecido o no se alcanza, requiere de disposición y actos poco comunes para hallarlo, corno en el caso del método específico para cazar al unicornio. "Envían a su encuentro a una pura doncella revestida de una túnica-dice una leyenda-. Y el unicornio salta al regazo de la doncella, ella lo amansa, y él la sigue; así lo conduce al palacio del rey". La pureza resulta indispensable para dominar lo fiero y salvaje y obtener el preciado premio. ¿No nos recuerda acaso a la poesía, ese modo de vida que nos exige otro tipo de atención y así nos "prepara" o nos dispone para recibir el don espiritual de entender y celebrar la realidad, la más íntima y humana? Pero hay otra virtud atribuida al unicornio y es la de purificar las aguas del lago envenenado por la serpiente: las toca con su cuerno para que los demás animales puedan beber. Algo similar pensaba Stéphane Mallarrné sobre la función del poeta atento a restituir esa pureza a las "palabras de la tribu". La poesía, a traves del lenguaje, recuerda a los hombres su condición de dignidad original. Es este rnisrno fin una invitation a su necesaria lectura
C.A.A.
Universalia nº 10 Abr - Jul 1993