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Crisis Y optimismo

Inti Suárez*

"Un pesimista es un optimista bien informado".
Anónimo.

A cada paso que vamos dando pareciera que es más verdad que nunca el conocido epígrafe de estas líneas. Inclusive, poco a poco y sin querer, nos vamos sumando al coro de voces que se convierten en profetas del desastre. Basta con revisar las páginas del periódico, y también artículos de publicaciones universitarias, para respirar un tono de desaliento que a veces nos ahoga. Sirvan como ejemplo dos textos publicados en este espacio, (1) y (2). Sin invalidar los objetivos de los autores para hacer sus críticas, inclusive sin invalidar las proposiciones, por lo menos de (2), me impresionó vivamente un sentimiento de desprecio en e¡ primero y de tristeza en el segundo, ante un momento actual, que parece mostrarse como insuperable.

Es verdad que se atraviesa desde hace unos cuantos años por una profunda falta de valores seguros que podamos suscribir. Ciertarriente "la acción común por un ideal nos parece algo ridículo y pasado de moda" (2); también es cierto que "lo que antes parecía inadmisible hoy es objeto de orgullo" (1). En estos puntos coincido con las críticas planteadas. La divergencia que señalo es que actualmente hay posibilidades de pensamiento y acción importantes que señalar ante la denuncia y la crítica al grueso de la sociedad; más aún, estas posibilidades que suscribo se apuntan en un contexto específico de Latinoamérica: hoy no necesitamos importar ideas o modelos. Si bien nos encontramos ante un momento de crisis, en vez de repetir críticas o proposiciones adaptadas a otras realidades y momentos de la historia, cobra sentido un analisis crítico de las alternativas planteadas. En este artículo me quedaré en mencionarlas, pensando que es suficiente para incitar a la lectura. Espero que en otros espacios se planteen las discusiones.

Quizás para buscar algunas respuestas o por lo menos indicios de caminos para llegar a ellas, me parece muy vigente la lectura de un ensayo de José de Vasconcelos, llamado Latinoamérica, la raza cósmica (3) (de donde probablemente haya salido el nombre del prograrna de radio). Simplificando mucho su ensayo, el pensador mexicano abre un panorama de dudas y crisis, en un mundo por demás oscuro y falto de nuevos paradigmas, pero también lleno de esperanzas y retos, asumibles sólo por lo que él llama la raza cósmica, la americana, ya que es fusión de ideologías, creencias y energías, no reunidas en ninguna otra parte del mundo. Para hacer esta afirmación se basa en un análisis étnico de nuestra historia, que no he de repetir aquí, baste con mencionarlo.

José de Vasconcelos no es el único que hace interesantes aportes en esta línea. También cabe destacar trabajos más recientes. Me refiero a las proposiciones de los movimientos cristianos de base que se agrupan bajo la llamada "Teología de la Liberación" (4). También este grupo de pensadores construye sobre bases latinomericanas para una realidad de diferente, centrada en la autogestión como modelo organizativo y en una valorización del individuo y del diálogo como bases de relaciones humanas. Mirando en Venezuela y hasta dentro de la USB nos podemos referir al grupo de Fundalatín y a la PEUSB, por lo menos a sus bases ideológicas, aunque en ambos casos se encuentre trabada la proyección de su ideario por un entorno hostil a sus planteamientos.

También me parece importante destacar lo positivo de un momento tan falto de paradigmas como el actual. Creo que los puntos de crisis en la humanidad, a pesar de haber sido los más dolorosos, también han sido los más productivos. Tan cierto como que un inmenso grupo de cantantes actuales sólo se preocupa de enriquecerse "suciamente", otro grupo busca trascender con un mensaje, una preocupación y una búsqueda ante un mundo que no encuentra hacia donde empezar a caminar. Tan cierto como que el Centro de Estudiantes de la USB pasa por un pésimo momento de falta de representatividad, es que por primera vez desde su creación (por el mismo CEUSB) las comisiones de carrera intentan tener personalidad jurídica propia. Grandes crisis han generado siempre interesantes respuestas.

Tampoco quiero ser profeta del bienestar asegurado. Una crisis nunca ha asegurado su solución posterior. Los más grandes imperios conocidos han desaparecido en medio de crisis como las que vemos en este país. La "Pax Romana" duró cientos de años, pero murió cuando se corrompió Roma. Ni Leonardo da Vinci ni nosotros hemos visto construida la utópica ciudad que diseñó hace ya más de 500 arios. La generación del 28 se muere sabiendo corrompidos por sus hijos los ideales por los que lucharon. Nada es seguro.

Lo que realmente intento decir es que si bien el desastre toca a nuestra puerta hoy, en este momento es cuando podemos probar nuestra verdadera condición de mujeres y hombres dignos de un futuro construido por nosotros. No podemos volver a un pasado bucólico, no es una basura toda nuestra generación y su música, no tenemos asegurado conseguir la solución sólo por buscarla... Sólo nos queda el incentivo para analizar y tratar de poner en práctica las proposiciones que queremos asumir como propias.

NOTAS:
(1) Reinaldo Gabay, "Dios salve al planeta (Ars metallica)" en Universalia No. 8, Caracas, septiembre-diciembre de 1992, p. G.
(2) Luis Daniel Llambí, "humanismo y vida universitaria" en Universalia No. 8, p.4.
(3) José de Vasconcelos, "Latinoamérica, la raza cósmica" en Identidad y filosofía latinoamericana, Monte Avila Editores, Caracas, 1975.
(4) En este aparte vale citar a varios autores aun sabiendo que faltarán otros. Como introducción al tema de la Teología de la Liberación se pueden leer las publicaciones de Joaquín Undurraga y colaboradores, del Centro Gumilla, Caracas. En el área de políticas económicas a Guido Zuleta, en la misma fuente.

(*)Inti Suárez es estudiante de Biología, Cohorte 86.

Universalia nº 10 Abr - Jul 1993