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Las chimeneas verdes

Mireya Benaím-Demán

Las "Chimeneas Verdes" ha sido la pionera
en los Estados Unidos de. Norteamérica en la
utilización del poder curativo de la
interacción humana-animal y
humana-vegetal.

Hace poco más de un año participé en el curso denominado La Interacción entre los Seres Humanos y los Animales: Una Experiencia de Inmersión, celebrado en Green Chimneys ("Las Chimeneas Verdes"). La escuela de las "Chimeneas Verdes" ubicada en Brewster, New York tiene una extensión de 150 acres y funciona como un centro de educación al aire libre y granja. Alrededor de 300 personas constituyen el personal que trabaja en este hogar/escuela temporal y centro de tratamiento para 102 jóvenes. Su director ejecutivo es el Dr. Samuel B. Ross y entre sus miembros honorarios se encuentran personalidades tales como Barbara Bush, Billy Cristal y Paul Newman, entre otras.

Las "Chimeneas Verdes" ha sido la pionera en los Estados Unidos de Norteamérica en la utilización del poder curativo de la interacción humana-animal y humana-vegetal. Los niños y jóvenes que allí viven son referidos por historias de rechazo o por abuso físico, sexual y/o emocional. Asimismo, la mayoría presentan dificultades en sus hogares, colegios y/o en la comunidad. Suelen presentar dificultades de aprendizaje y han perdido el año escolar repetidas veces.

Entre los animales que allí viven se encuentran cabras, becerros, cochinos, gansos y patos, gallinas y gallos, caballos, ponis y burros, y, entre los animales exóticos se pueden ver ciertos tipos de aves, reptiles, caballos miniaturas, llamas y mapaches.

El propósito del curso fue el proporcionarnos la oportunidad de conocer directamente el diverso rango de intervenciones que allí tienen lugar entre jóvenes de edades comprendidas entre 8 y 16 años y animales, con beneficios tanto para los jóvenes como para los animales. Entre los programas que allí tienen lugar pueden mencionarse la terapia asistida por animales; actividades asistidas por animales; educación experiencial utilizando la naturaleza, la granja y actividades al aire libre; rehabilitación de animales salvajes; y la terapia basada en la horticultura. Se realizan, asimismo, investigaciones evaluativas de dichas experiencias con relación a su calidad, y, a sus implicaciones clínicas y educativas.

En este primer artículo de una serie de dos, me referiré a los programas allí desarrollados que incluyen a los animales, mientras que, en el segundo, me referiré a algunos programas que incluyen la terapia basada en la horticultura.

Los jóvenes y adultos con dificultades responden a los animales en formas que no pueden hacerlas con la gente, ya que los animales suelen ser más afectuosos en cualquier situación y el contacto humano-animal estimula en el ser humano el instinto de protección. El aprender a cuidar a los animales parece desarrollar un sentido de responsabilidad y de cuidado entre los niños y adolescentes. En las "Chimeneas Verdes" los animales no son utilizados con fines experimentales, sino que son protegidos y en muchos casos, son llevados allí específicamente para ser rehabilitados de lesiones sufridas. Una vez rehabilitados se les reintegra a su hábitat natural y en caso de no poder ser rehabilitados, se vuelven habitantes permanentes de la granja "Chimeneas Verdes". Recuerdo con especial cariño a un águila que había perdido un ala y fue adoptada por la comunidad, así como también a un becerro recién nacido que había sido rechazado por la madre y al que alimentábamos con tetero.

Las actividades diarias de los jóvenes incluyen tareas domésticas (limpiar sus dormitorios, ayudar con los animales, trabajar en la granja, asistir en la cocina, etc.), clases de educación especial y actividades deportivas programadas. Las tareas escolares, domésticas y las actividades recreativas forman conjuntamente una parte del proceso sanador (healing process) que allí tiene lugar. Estos jóvenes son atendidos por un equipo integrado de maestros, profesores de educación especial, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y otros especialistas infantiles, quienes en conjunto diseñan un plan individual para cada joven. El calendario escolar es riguroso y consiste en 223 días por año.

La terapia asistida por animales es una invención con meta(s) preestablecida(s), que incluye animales como parte integral de la terapia. Los profesionales que la administran pertenecen al área de la Salud y es requisito que tengan experiencia en el trabajo con animales dentro de un ambiente terapéutico. Independientemente de las explicaciones teóricas que justifiquen nuestro nexo con los animales, es bien conocida la significativa contribución de los animales en la reducción del stress y de la depresión; en la terapia con personas físicamente minusválidas (terapia ecuestre); y, especialmente en la terapia con personas hospitalizadas.

La presencia de un animal doméstico o "mascota" promueve un sentimiento de seguridad en individuos que se sienten temerosos, sea real o imaginaria la amenaza percibida. Son dos los ingredientes que explican por qué los animales son tan efectivos para reducir el stress: el ejercicio y la relajación. En relación con el ejercicio, llevar a pasear a un perro o jugar con él, por ejemplo, ofrecen el beneficio de una actividad física y el sentimiento de seguridad que acompaña la asociación con el animal. En cuanto a la relajación, acariciar y jugar con el animal desencadena una relajación de proporciones apreciables y medibles a nivel fisiológico. Bien es conocido el efecto que tiene la contemplación de acuarios sobre la disminución de la presión sanguínea en hipertensos, equivalente a entrenamientos formales en biofeedback.

Asimismo, numerosos estudios han constatado que los animales mejoran los niveles de depresión de muchos enfermos. Un animal doméstico o mascota influye sobre tres (3) indicadores significativos de una depresión: falta de actividad, pérdida de la capacidad de amar y pérdida de autoestima.

En relación con la falta de actividad, tener una "mascota" requiere cuidarla de alguna manera. Por más moderada que sea la actividad, ésta proporciona algún significado y sentido de orden en la vida del paciente, y, frecuentemente la persona deprimida que no está dispuesta a cuidarse a sí misma, hará un esfuerzo para cuidar a su mascota. En relación a la pérdida de amor, querer a un animal es más fácil que querer a una persona, ya que, a diferencia de la persona, el amor que alberga un animal por su dueño es incondicional y carente de juicio de valor. Un perro o un gato, por ejemplo, aceptan el cariño que les demos sin criticarnos por la falta de cualidad o cantidad de este afecto. Y, en relación al último indicador de la depresión mencionada, la falta de autoestima, no hay pérdida de autoestima cuando uno se relaciona con su perro o gato. La persona deprimida que siente que no vale y se aísla del contacto social, no tiene semejantes antes reservas para con su mascota.

Con referencia a la terapia basada en animales para los físicamente minusválidos, los animales suelen actuar como extensiones físicas de nuestros cuerpos, compensando la ausencia congénita o pérdida accidental de nuestros sentidos, extremidades o funciones motoras. Entre las dos estrategias terapéuticas más conocidas para personas físicamente minusválidas se encuentran la terapia ecuestre y el uso de animales entrenados como guías. En la terapia ecuestre, el paciente no sólo es ejercitado pasivamente por el caballo sino que también realiza ejercicios tales como los de relajación, estirarse, ejercitar su equilibrio, reflejos y coordinación. En las "Chimeneas Verdes" tuve la oportunidad de presenciar sesiones de terapia ecuestre con jóvenes afligidos por retardo mental, escoliosis y por parálisis cerebral. Las sesiones de una hora de duración requerían de dos terapeutas al lado de cada paciente, proporcionándoles instrucciones e indicaciones individuales, así como previniendo su caída del caballo. La utilización de los caballos en terapia tiene componentes físicos, psicológicos y sociales. Estos componentes se enfatizan según los casos individuales. Por ejemplo, el salto de obstáculos constituye la ejecución de ejercicios gimnásticos sobre el caballo y puede utilizarse para corregir problemas de comportamiento, disminuir la ansiedad, estimular la confianza y la concentración, mejorar la autoestima, proporcionar estimulación al sistema sensorio-motriz e incrementar la interacción social y la amistad.

En cuanto a la función de los animales como guías, los perros, por ejemplo han servido a través de los siglos como extensiones físicas de sus compañeros humanos. Es bien conocido el servicio provisto por perros para guiar a los ciegos, para servir de "oídos" a los sordos y como "piernas" para aquellos con dificultades motoras. Los animales no sólo sirven como "prótesis" sino que además, proporcionan un notable apoyo psicológico a sus compañeros.

Finalmente, una de las actividades que me resultó fascinante del curso en las "Chimeneas Verdes", fue el conocer la existencia de un programa desarrollado en la Universidad de Tuffs sobre la utilización de monos como prótesis para pacientes cuadraplégicos. Fue increíble observar (a través de un video), las complejas tareas que estos monos podían realizar y los niveles de comunicación logrados entre los monos y sus compañeros "pacientes". Lo más asombroso resultó el comprender cómo estos monos son capaces de proporcionar una relativa independencia a personas tan seriamente impedidas físicamente.

En el segundo artículo sobre las "Chimeneas Verdes" compartiré con ustedes el mundo maravilloso de la terapia basada en la horticultura, así como mis reflexiones acerca de mi visita a este extraordinario centro terapéutico, escuela y granja de las "Chimeneas Verdes".

Universalia nº 11 Sept - Dic 1993