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Las fuentes para el lavado ritual en las mezquitas

PREMIO "SEGUNDO SERRANO PONCELA", 1995 SECCIÓN HUMANIDADES

Luisa Amelia De Luca y Nohely Colina

El Islam es la tercera religión monoteísta de mensaje universal. La palabra Islam significa paz y entrega absoluta al único Dios (Allah). El Islam reconoce el mensaje que Dios reveló al Profeta Muhammad por boca del arcángel Gabriel. En el sagrado Corán se lee "Por cierto que para Dios, la religión es el Islam" (III, 19).

El Islam se funda en creer en único Dios y seguir a su enviado, el Profeta Muhammad. El musulmán tiene la obligación de orar cinco veces al día y realizar la oración comunitaria del día viernes al medio día. Debe ayunar durante el mes de Ramadán y si las circunstancias se lo permiten, deberá realizar la peregrinación a la ciudad Santa de Makkah. También tiene la obligación de cumplir con el azaque para favorecer a los menos afortunados.

De estos principios, lo que interesa en este ensayo es la oración (salat) porque ella exige ciertas condiciones. El wudu, es deir, la necesidad de efectuar la purificación, es fundamental antes de practicar la oración. Muchas tradiciones del Profeta (la paz sea con él) hablan de las virtudes de la ablución. Por ejemplo, "La llave del paraíso es la oración, y la llave de la oración es la purificación".

Para realizar la oración, el Sagrado Corán establece como requisito previo la purificación física a través de la ablución o lavatorio.

"46/43 ¡Oh los que creéis! No os acerquéis a la oración si estáis ebrio, hasta que sepáis lo que dais. Ni impuros, a menos que estéis en camino, hasta que os lavéis. Si estuvieseis enfermos o de viaje, si vinieseis uno de vosotros a hacer sus necesidades, o habéis tocado a las mujeres y no encontráis agua, frotáos con polvo bueno-arena y laváis vuestros rostros y manos. Dioses absolvente, indulgente".

Así mismo, el Sagrado Corán dice acerca de la ablución:
"8/6 ¡Oh los que creéis! Cuando os dispongáis a hacer la plegaria, lavad vuestras caras y vuestras manos hasta los codos. Pasad la mano por la cabeza y por los pies hasta los tobillos. Si estáis impuros, purificáos".

Para la religión musulmana, así como el agua limpia el cuerpo dejándolo purificado, la limpieza del alma se realiza a través de la oración. De ella dicen que afirmaba el Profeta Muhammad, "es como un arroyo de agua mansa que pasa por la puerta de cada uno de vosotros, en ella se sumerge el fiel cinco veces al día ¿Creéis que después de eso queda algo de su impureza?

La importancia que representa para el musulmán el cumplimiento de los cánones religiosos conllevó a fijar la ablución como un rito necesario para poder orar y ser escuchado por Dios.

La ablución se solía llevar a cabo antes de la aurora y puede hacerse con agua o arena limpia. Cuando el Profeta Muhammad se retiraba al desierto a orar, en ausencia de agua usaba "polvo bueno" para cumplir el rito.

El lavatorio físico elimina dos tipos de impurezas: la mayor (shanaba) y la menor (hadat). En caso de shanaba (relación sexual) la pureza se recuperaba bañándose todo el cuerpo, y en caso de hadat debía lavarse la parte del cuerpo que había entrado en contacto con vino, vinagre u orina.

Existen una serie de pasos secuenciales a ejecutar para cumplir con la ablución: lo primero que se hace es el lavado de las manos, luego la boca, la frente y posteriormente, la cara. Seguidamente se realiza el lavado de los brazos, el lavado de la cabeza, de las orejas y el cuello y por último los pies. Todo ello está en el sagrado Corán (VIII, 6).

En el cristianismo el agua también toma un carácter sagrado. El Nuevo Testamento establece "...quien no naciere del agua y del espíritu no puede entrar al reino de Dios..." (Juan 3, 5-6). Con estas palabras Jesucristo enseñó que es necesario purificarse del pecado con que se ha venido al mundo y adquirirla vida del espíritu a través del agua bautismal para poder tener acceso al reino de Dios. El bautismo procura esta purificación al modo natural como el agua limpia y purifica el cuerpo; así, en este sacramento, el agua purifica el alma del pecado original e infunde en ella la gracia de Dios y para este sacramento, el bautismo requirió baptisterio y pilas bautismales, es decir, arquitectura y recipientes.

Es importante entonces notar que las grandes religiones que precedieron a la islámica (judaísmo y cristianismo) tomaron el agua como medio de purificación y al mismo tiempo como acercamiento a Dios. En el Islam, cumplir con el contenido de los cinco pilares es el medio de alcanzar a Dios. Para realizar la oración se debe estar tanto espiritual como físicamente purificado y esto último pide el rito de la ablución. En el cristianismo, para tener acceso al reino de los cielos, se debe estar limpio de pecados; eso incluye el pecado original y para liberarse de éste se ha establecido el sacramento del bautismo y el agua como elemento purificador de los pecados.

Las necesidades de la limpieza física para la oración hizo aparecer en las mezquitas una estructura para el agua de las abluciones; esta estructura es "la fuente". La lengua árabe es rica en vocablos y para indicar el área destinada a la ablución también se utiliza la maida (fuente). Para designar al tanque de las aguas de ablución, los términos más comunes son: birka, sihrij y saqaya. Resalta el hecho de que la mayoría de los elementos que hoy conforman la mezquita fueron surgiendo de la necesidad del culto y de las tradiciones de la primera comunidad musulmana (I° mitad del siglo VII).

La mezquita (masid) primitiva era una vivienda típica del desierto dedicada a practicar la oración y tomar decisiones para el Islam. Su patio central seguía el modelo de la casa de techo de palma del Profeta Muhammad, en Medina, y las pocas investigaciones realizadas en el área no han revelado evidencias de la existencia de las fuentes en ellas. Al respecto Oleg Grabar afirma que "no existe información temprana sobre el lugar de la mezquita destinado a las abluciones. Parece bastante seguro que la limpieza ritual no se realizó dentro del recinto de la mezquita hasta mucho más tarde, y sólo entonces se dio a este requisito litúrgico, evidentemente primitivo, una forma monumental".

Básicamente, las primeras mezquitas (períodos Umayya y Abbasí) mostraban una estructura rectangular, formada por pórtico en arcadas que daban a un patio central interno y el lado que estaba dirigido a La Meca (pared Quibla) alojaba el santuario: el resto era lugar de reunión de los fieles.

En las mezquitas posteriores, aproximadamente las del año 1200-1500, la fuente fue apareciendo; éstas se colocaron normalmente en el centro del patio que antecede a la sala de oración o haram. Probablemente el tamaño de las fuentes y su ubicación se deban a la necesidad de proporcionar el agua a la gran cantidad de personas que asistían a esas mezquitas a orar.

Entonces, desearíamos conocer en qué lugar se realizaban las abluciones cuando áun no habían fuentes. Se puede suponer que los fieles la realizaban en sus casas antes de asistir a la plegaria o, como lo indican algunos investigadores, se realizaba alrededor de las mezquitas en las estructuras llamadas ziyadat. Oleg Grabar relata al respecto: "Las excavaciones de la mezquita del siglo IX en Siraf han puesto de manifiesto que las abluciones tenían lugar en el exterior y a lo largo del edificio. En Samarra y en la mezquita de Ibn Tulun, fundada en al-Qata'i (hoy en El Cairo), los edificios estaban rodeados en algunos o en todos sus lados por amplias zonas descubiertas y cercanas por muros denominados ziyadat o adiciones, cuya función se desconoce".

La Cúpula de la Roca (mezquita de Jerusalén), construida en el año 691 A.D. durante el Califato Umayya, aún cuando existe una pila de abluciones en la entrada, se deduce que la construcción no es del período de construcción de la cúpula debido a su estilo y materiasles. La pila es del período Otomano y es sencilla, sin cúpula y sin decoración, posiblemente realizada en piedra. Aún cuando los Otomanos tendieron a techar las fuentes, ésta no está cubierta quizá para no restar visibilidad al acceso a la monumental Cúpula de la Roca.

La mezquita de Damasco, construida en el año 705-15 A.D., también cuenta con una fuente que no data de la misma fecha de construcción de la mezquita, pues ésta también fue construida durante el período Otomano. La pila, que mantiene la forma circular igual a la que se encuentra adyacente a la "mezquita de Jerusalén", está cubierta por una estructura de base y columnas de piedra que soportan un techo emplomado que se eleva sobre barrotes de madera. Este tipo se extendió por todos los territorios del Imperio Otomano.

El edificio más sorprendente del tiempo de los Abbasíes que queda en pie es la mezquita de Ibn Tulun, que no se encuentra en Irak sino en Egipto. La mezquita, totalmente construida en ladrillo rojo bien cocido y revestido de estuco, sigue la tradición de Samarra en el empleo de los ziyadats. En su patio interno (sakn) se encuentra una edificación rematada con una cúpula y en el interior de la misma una pila de abluciones. Fue construida durante el período mameluco y se ha interpretado como una forma de apropiarse de una rnasyid que gozaba de gran prestigio. No obstante, su significado es bastante incierto y se dice que posteriomente fue colocada la fuente de ablución.

La mezquita azul o del Sultan Ahhmed en Estambul (Turquía), erigida por Mehmed Aga para el sultán Ahhmed I entre 1609 y 1617, ya cuenta con una fuente propia de la construcción y es un ejemplo típico de la arquitectura Otomana aún cuando continúa con la tradicional forma circular. Las columnas se encuentran coronadas por arcos algo omamentados y el techo comienza a tener una estructura piramidal no muy elevada.

La mezquita palaciega mongola conocida como Moti Masggid o mezquita de La Perla (1698-1755), tiene una pila de abluciones construida en mármol blanco sin ninguna estructura que la cubra.

Mezquitas como la de Ibn Tulun, la Cúpula de la Roca y la mezquita de Damasco fueron cotruidas sin fuentes de ablución. Más tarde se les construyó la fuente, por lo que los materiales, las técnicas y la decoración difieren entre mezquita y fuente. No fue sino hasta los años 1200-1500 cuando se comenzaron a construir las mezquitas con su fuente de ablución incorporada y éstas se ubicaron en el centro del patio que antecede a la sala de oración.

Los materiales empleados en la construcción de las fuentes varían desde la piedra y el ladrillo cocido y duro hasta la madera. También fueron diversas las técnicas y combinaciones de materiales empleados, por ejemplo, se conoce de fuentes elaboradas con revestimiento de ladrillos sobre núcleo de hormigón.

La variedad de estructuras destinadas a la ablución, muestran por una parte, la extensión del Islam en el mundo y por otra, su evolución en el tiempo. Estas estructuras reflejan las características y técnicas de la gran arquitectura. En breve, la fuente para la ablución, pese a su dimensión a veces modesta, muestra el legado artístico del Islam a la arquitectura universal.

BIBLIOGRAFÍA:

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GRABAR, Oleg. La formación del arte islámico, formas y valores. Madrid, Alianza Forma, 1981

HUAG, John. Arquitectura Islámica. Editorial Aguilar. Traducción del texto original por Juan Norella Domingo
I° edición, 1976.

Las grandes épocas de la humanidad (Histórico de las culturas mundiales). El antiguo Islam. Desmond Estewart y Medadtoles de los Libros Time Life. 1970 by time Inc.

Las grandes religiones. Time-Life International (NEDERWAND) W. V.Time Inc. Editorial Luis Miracle, S.A. Barcelona-España.

Universalia nº 13 Ene - Jun 1997