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Hollywood antes y después del 11 de Septiembre

Margalit Berlin*

Los ejecutivos de la industria cinematográfica aseguran que la tragedia marcará un cambio radical en los temas de las películas. La industria ha pospuesto algunas de las premiers más importantes de lo que queda de año, en parte por la magnitud de la tragedia que supera a las que muestran las películas más taquilleras y porque muchas de estas muestran ataques de seres extraterrestres a la ciudad de Nueva York (más específicamente el World Trade Center, el Madison Square Garden). Así por ejemplo, se ha frenado la campaña promocional de Spiderman (El hombre araña), cuyo trailer transcurre por entero en las Torres Gemelas las que se veían en los afiches reflejadas en la máscara del héroe. Hollywood se alejará por algún momento de la violencia para concentrarse en temas patrióticos y dramas familiares como ya lo hicieron durante la segunda guerra mundial, una época en la que se popularizaron los filmes musicales o en la década de los sesenta, cuando Mary Poppins, Mi bella dama o El sonido de la música fueron las cintas más taquilleras. De acuerdo a los ejecutivos de Hollywood el entretenimiento habrá de verse como algo mucho más sano con películas reforzando los valores estadounidenses de la familia y la comunidad. Piensan también estos ejecutivos que mucha gente buscará colores azules y dramas y programas escapistas como una alternativa a la realidad con la que debemos enfrentarnos ahora y en los años por venir (El Universal, 18 de Septiembre del 2001).

Las películas de ciencia ficción apuntan a seres extraterrestres que invaden la tierra- en particular las ciudades más importantes de los Estados Unidos. En la ficción hay siempre algo de verdad, la ciencia y la ficción se unen en un punto; los científicos trabajan sin cesar y consiguen diseñar robots, clonar y también descubren los mecanismos de supervivencia de cuerpos malignos que atacan a los seres humanos, por ejemplo los virus y los mecanismos de reproducción de un dinosaurio de gigantescas dimensiones que deambula por las ciudades buscando un nido para sus hijos.

Se ha dicho que estas cintas han provocado o han influenciado los ataques terroristas pero esto es tan solo una interpretación que nada tiene que ver con la realidad. Más bien advierten sobre posibles escenarios aunque remotos.

Una excepción dentro de los filmes de ciencia ficción que usualmente apuntan a la violencia fílmica es Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (1977) de Steven Spielberg donde un niño de un pequeño pueblo del medioeste norteamericano, un indio americano que cultiva peyote y un científico francés-representado por Francois Truffaut- son los únicos que piensan que los seres extraterrestres podrían ser seres pacíficos y benignos. Francois Truffaut fueun director francés muy reconocido por su trayectoria realizando películas sobre el amor. No parece coincidencia que Spielberg lo seleccione para representar al único científico- y además europeo- que cree en una respuesta pacífica y no en un ataque con toda la artillería posible. Spielberg señala que el ataque puede ser también una revelación y una enseñanza de tolerancia racial.

Vale acotar que no se está diciendo que la respuesta a los ataques, especialmente los perpetrados por seres humanos no deben responderse con artillería; lo que se dice aquí es que el arte, que antecede a la ciencia y está basado en ciertos dones y tiene su propia técnica advierte que la voracidad existe no sólo en los extraterrestres o dinosaurios sino también dentro de la organización humana. Conocemos la feroz competencia que se establece entre las grandes compañías y también, para nuestra desgracia, por el odio racial y religioso.

Las más taquilleras: Godzilla, El día de la independencia, Jurassic Park, etc. gustan a un público masivo porque en ellas el bien triunfa sobre el mal. La ciencia avanza siempre en función de proteger al hombre. Estas películas además proporcionan una evasión de la realidad. Las películas de ciencia ficción como tantas otras de Hollywood refleja las preocupaciones del público en general: la impotencia o pérdida del control, el temor de que situaciones adversas hagan perder la moral.

En los filmes de Hollywood se entrecruzan historias de heroísmo y amor. La realidad se mezcla con proyecciones de deseo y ansiedad. Los héroes son valientes, hermosos, libres de compromisos previos; buscan y honran a mujeres inocentes aunque en circunstancias comprometedoras; y se oponen a villanos malvados.

El cine Hitchcock, por ejemplo, el que también se considera como cine de Hollywood pero un tanto diferente, más profundo. Sus héroes luchan en circunstancias complicadas, no tan claras como las que se describen en las cintas más comerciales. Sus héroes se equivocan y el villano atrae una simpatía justificada.

En las cintas más taquilleras los héroes arriesgan sus vidas por la humanidad, nunca dudaron acerca de sus objetivos, bien sea de sus metas "científicas" o constituir una pareja con la persona amada. En Hitchcock los héroes comienzan dudando de sus metas, se acepta como factible el dudar aunque casi siempre encuentran sus objetivos y no sólo eso, creen en ellos.

Todos tenemos una noción de lo que constituye un típico filme de Hollywood. Así conocemos el barroco en la música y el impresionismo o el cubismo en la pintura. El cine tiene sus estilos bien definidos. Así existe el cine expresionista, el cine de montaje ruso, y la Nueva Ola francesa. Pero es difícil hablar de un cine de Hollywood, porque incluye a cientos de cineastas y miles de filmes. De todas formas se puede decir que el cine de Hollywood se caracteriza por ciertas reglas que limitan la creación individual, que su principal meta es contar una historia, que Hollywood dice ser "realista" basándose en lo probable nunca en lo intuitivo; sus historias son narradas con continuidad, debe ser entendible y sin ambigüedades, y debe poseer una atracción emocional que trasciende tanto clase como nación. Francois Truffaut dijo que "amamos al cine norteamericano porque todas sus cintas se parecen".

Pero la historia hace que el contenido de los filmes cambie aunque siempre se mantiene el estilo antes descrito. La guerra trae un deseo de unión y de paz que se manifiesta en las películas que se hacen tras esas circunstancias. El fracaso de la guerra del Vietnam trajo numerosas cintas que subrayan la admiración por el patriotismo aunque muchas veces absurdo.

Una cinta típica de Hollywood es El Síndrome de China (1979). Después de una falla desastrosa en una planta nuclear, los individuos luchan por sus metas a pesar de sus obstáculos. Una periodista (Jane Fonda) trata de cubrir las noticias, otro trata de realizar la investigación (Jack Lemmon) y un trabajador de la planta (Michael Douglas) que trata de que esta sea segura. Los ejecutivos de la estación de televisión tratan de persuadir a la reportera y de despedir al investigador, mientras que los dueños de la planta nuclear tratan de reprimir los esfuerzos idealistas del tercero.

Su tema político es tratado a través de una trama doble. Por un lado, el accidente nuclear, mientras que la acción real es la búsqueda de la periodista por completar su reporte. El filme hace que la meta personal trascienda sobre el hecho social situando a sus protagonistas en una posición ambivalente con respecto al problema de la seguridad nuclear. Se muestra como "el sistema sirve" y nada en el filme pone esto en duda: encuentran errores de mano de obra y un recorte de los costos en la construcción de la planta. Se redefine el problema como uno de ejecución equivocada y de voracidad. Los protagonistas aparece "entre dos aguas", entre las manifestaciones antinucleares y por otro lado, la industria nuclear.

Al final, se logran las metas personales de dos de los protagonistas que hacen un buen periodismo científico pero no así la del tercer protagonista que trabaja en la planta y trata de que esta sea segura. La solución del problema público no se logra.

En el cine de "autor" -que se define como aquel en el cual el director plasma sus preocupaciones artísticas y filosóficas sin importarle el impacto que esto pueda tener en el público- como el de Truffaut, Antonioni, Fellini, Malle y otros, tampoco se encuentra la solución al problema público, como, por ejemplo, la guerra pero las metas personales se ven frustradas por dos razones: por la vulnerabilidad del ser humano y por el impacto en el individuo de la imposibilidad de erradicar los problemas públicos.

El cine de Hollywood sufrirá con los recientes y terribles acontecimientos de la historia pero mantendrá su estilo clásico, no intimista y evasivo, reflejará una vez más los temores y preocupaciones del gran público, alguna vez la guerra nuclear, luego la pérdida del control, ahora la necesidad urgente de alimentar un renovado heroísmo y un patriotismo que ya han surgido en Nueva York.

A pesar de las críticas que se le puede hacer a Hollywood desde varios puntos de vista sus películas no dejan de dar su contribución en un momento tan difícil como éste.

*Profesora Titular del Departamento de Ciencias Sociales (Universidad Simón Bolívar). Dicta cursos en el Ciclo Básico en la cátedra Venezuela ante el Siglo XXI y también un curso sobre Principios Críticos Cinematográficos como parte de los que ofrece el Decanato de Estudios Generales. Además es investigadora en temas sobre cultura corporativa y cine.

Universalia nº 15 Abril-Diciembre 2001