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La Libertad Académica y los Paradigmas

Celso Rivas Balboa*

La Universidad es el ámbito para la libertad académica. En ella se debaten con libertad y franqueza temas variados y controversiales. El clima académico propicia el respeto y la tolerancia a las críticas y a los puntos de vista encontrados. Nuestro compromiso es aportar elementos significativos que contribuyan a acercarnos a la verdad o a evitar el error. Toda expresión que no conduzca a esta misión, está fuera de lugar en el recinto académico : hablar "ex cátedra", descalificar, ironizar, apoderarse de la "verdad" como un coto cerrado y exigir toma de posición a favor o en contra de posturas abiertamente discutibles.

Dentro de este clima de altura académica, quiero llamar la atención sobre una exigencia innecesaria, que tiende a imponerse en los Postgrados de Ciencias Sociales y Humanidades. A la hora de elaborar el Trabajo de Grado, se acostumbra a exigir al tesista que exprese las ideas centrales del paradigma epistémico, en que se basa, en especial, lo que él va a entender por conocimiento y ciencia. Mi opinión está sometida a ser modificada, dentro un ámbito de respeto y tolerancia académica. Mi intención es aportar elementos que aumenten la posibilidad de llevar a cabo una investigación seria, rigurosa y científica, en especial a nivel de Maestrías en las Ciencias Sociales. Mi opinión es que, esta praxis, debería ser revisada, por los motivos que expreso a continuación : libertad epistemológico-conceptual del estudiante y flexibilidad en la relación entre enfoques paradigmáticos y modalidades de investigación.

1. La libertad epistemológico-conceptual.

El estudiante, para aprobar su Trabajo de Grado, no debería sentirse forzado a adherirse , por ejemplo al paradigma postpositivista/constructivista, con exclusión de otro u otros. Esta adhesión prematura, y nada fácil de verbalizar, se enfrenta con una inmensa variedad de enfoques y paradigmas múltiples, dentro del mismo enfoque. Es un verdadero enjambre de paradigmas que van apareciendo de manera continua e inclusiva. Basta con revisar la literatura.

Además, los conceptos de conocimiento y de ciencia, adoptados en una investigación están enraizados en la Gnoseología y en la Ontología.
La Gnoseología, con su variedad de posturas, se pregunta por la validez universal y por la confiabilidad de nuestro conocimiento del mundo externo y del mundo interno mental . Elegir una postura, es cerrarse a las demás.

La Ontología pregunta por cómo existe, lo que es "ente" o entidad, fuera y dentro de nosotros: realidad elusiva y cambiante o más bien, fija y predecible.

Tomar posición respecto a estas cuestiones, conduce a conformar una interpretación propia del mundo, o sea, una cosmovisión.

Los paradigmas que conozco, además del nivel epistemológico, asumen una postura ontológica determinada y la adhesión a una interpretación del mundo, más o menos estructurada.

Los estudiantes, en general, no han adquirido los criterios para distinguir entre estas posturas, que les permitan elegir entre una amplia gama de enfoques, con sus paradigmas y modalidades metodológicas. Este peaje que los estudiantes pagan, no tiene luego referente alguno durante el desarrollo de su investigación. Tampoco se refleja en sus estrategias metodológicas. Suele ser un saludo a la bandera.

No parece apropiado al nivel académico de una Maestría, exigirle al estudiante la adhesión a paradigmas y a conceptos de conocimiento y ciencia que están en plena discusión, a lo largo y ancho de la academia, a nivel mundial, desde hace 26 siglos. Por esto, no es fácil ver que en universidades de avanzada, se exija al estudiante de Maestría "definirse" respecto al concepto de ciencia y de conocimiento, dentro de paradigmas y tradiciones epistemológicas. Sencillamente, se hace investigación seria y rigurosa, con el control de tutores y especialistas. Lo importante es la coherencia, más no la rigidez paradigmática.

2. Fidelidad a paradigmas y uso de metodologías.

Para abogar a favor de la libertad epistemológica, acudimos a mostrar algunos hechos, que se basan en supuestos flexibles, que regulan las relaciones entre paradigmas y metodologías.
La flexibilidad de paradigmas y metodologías, se evidencia en la negada relación biunívoca entre sus niveles epistemológicos, ontológicos y metodológicos.

Ni la metodología cuantitativa asume que la realidad es estable y fija , ni la cualitativa admite que la realidad es totalmente elusiva y cambiante. Los procedimientos cuantitativos analizan fenómenos cambiantes en el tiempo, lo cual implica que la naturaleza no es fija. La metodología cualitativa se propone observar una realidad cambiante, pero no puede aceptar que los elementos y sus categorías cambian durante el proceso de observación.
Las ontologías de base no están relacionadas de manera unívoca.

Ni la metodología cualitativa maneja conocimientos subjetivos, ni la metodología cuantitativa trata con conocimientos objetivos. Si "subjetivo" significa influenciado por creencias, valores y actitudes personales, entonces todas las metodologías están sesgadas hacia lo subjetivo. Si "subjetivo" significa observación y medición indirecta de actitudes, valores y creencias, entonces la mayoría de nuestras investigaciones basadas en encuestas (auto-reporte) son subjetivas.

El investigador cuantitativo y experimental, no tiene por qué aislarse y alejarse de los "datos" que recoge. De hecho, muchos psicólogos experimentales, tratan de averiguar cuál es el significado de las respuestas logradas de los sujetos, durante un tratamiento experimental o en su ausencia (grupo control). Lo cualitativo con frecuencia, de sumo interés, en una metodología experimental.

Por otra parte, hoy día quedan muy pocos investigadores positivistas puros en las Ciencias sociales, que sostengan que la realidad es "fija e inmutable" y que a ella se accede científicamente, hasta encontrar "la verdad". En una postura más modesta, se acepta que hay múltiples realidades o perspectivas y que ningún paradigma o marco conceptual, proporciona el camino real a la verdad.
Se puede observar que, quienes conducen investigación "naturista", con una metodología cualitativa, suelen basarse en supuestos del enfoque postpositivista. Por el contrario, quienes llevan a cabo investigación experimental, suelen apoyarse con frecuencia en el enfoque Positivista o mejor, neo-positivista.

Estos hechos no inducen mandatos ni obligaciones. Son sencillamente indicativos. No se excluye la flexibilidad y triangulación de estrategias metodológicas, si así lo sugiere la complejidad de los fenómenos investigados.
Una conclusión de esta segunda acotación es que las características de una investigación específica, no están biunívocamente relacionadas con supuestos epistemológicos, ni con posturas ontológicas, ni con estrategias metodológicas. Se practica una sabia y fructífera flexibilidad de acción, en la práctica.

Los paradigmas no son el único determinante de la escogencia de una metodología, pues ésta será exigida por la naturaleza y circunstancias del problema a investigar.
Lo que guía la escogencia del investigador, es el intento por adaptarse y responder al problema en una situación concreta. Es claro que, cuando cambian estas circunstancias y situaciones, deberá dar un viraje la respectiva estrategia metodológica. Aquí entra en juego la flexibilidad para adaptarse a lo concreto.

Conclusión parcial.
Nada puede prohibir a un investigador, a no ser la praxis de la comunidad de investigadores (tutores, conocedores) , ser flexible respecto a enfoques paradigmáticos , sin aferrarse a supuestos epistemológicos, ontológicos y metodológicos, que le impidan cruzar las barreras de los enfoques paradigmáticos, hasta lograr la combinación más apropiada al problema y a la situación investigativa. Ni rigidez ni incoherencia. "In medio stat virtus"

Conclusión Final.
SI la escogencia de una metodología no está determinada unívocamente por la fidelidad a un paradigma y si un investigador no debería adherirse a un paradigma extremo, con exclusión del otro, ENTONCES no hay ningún motivo para establecer que el estudiante, en especial en el nivel de Maestría, se sienta impelido a adherirse a un enfoque paradigmático, a una postura ontológica y a los estrictos cánones de una metodología cualitativa, en oposición a otra cuantitativa, o lo contrario.

Una recomendación práctica.
En un ámbito de diversidad y tolerancia académica, deberíamos deslastrarnos de la afiliación incondicional a tradiciones paradigmáticas fijas. Ellas están cambiando continuamente, mientras nosotros nos ponemos rígidos en una de ellas.
Si dejamos a un lado la utilización innecesaria de etiquetas, es posible que logremos una combinación valiosa de estrategias metodológicas para ayudar a nuestros estudiantes de Postgrado a investigar con rigor y seriedad, pero sin confesionalismos y con mucha modestia. La verdad no está a la vuelta de la esquina, en el cruce de un paradigma con una metodología.
Solamente de esta manera verificaremos que todos los métodos son falibles, de alguna manera y que investigar sigue siendo un reto, digno del ámbito académico en que nos movemos.

*Profesor Titular del Departamento de Ciencia y tecnología del Comportamiento (1983). Jefe (E) encargado de la Sección de Planificación Académica(1997-2000).
Director del Centro de Investigaciones Educativas (1986-1991). Profesor de Posgrado en la USB, en la UCAB y en la UPEL .
Licenciado en Filosofía (UCV,1967). Maestría y Doctorado (Ph.D.) en Educación Universidad de California, Los Angeles, USA (1974-77). Postdoctorado en Investigación y Evaluación Institucional , UCLA, USA, 1982. Ha publicado cuatro libros y numerosos artículos en revistas arbitradas. Asesoría actual de más de 10 tesis de Doctorado en la UPEL, Maracay.
Universalia nº 16 Enero-Abril 2002