Rafael Fauquié
Hoy, un nuevo tipo de arte asociado a la escritura parece caracterizar nuestro tiempo: los graffiti, alucinante variedad de signos volcados y revolcándose sobre cualquier pared de cualquier ciudad. Escritura espontánea de gritos dibujados ante los ojos de todos y en todos los lugares. Los graffiti son una nueva forma de arte que juega con lo ingenioso y lo oportuno; nueva estética de anónimo decir, arte de lo inmediato y lo circunstancial, también de lo efímero. Como la escritura misma, los graffiti son pintados y repintados, escritos y reescritos. En ellos, imágenes y palabras se encuentran, coinciden, divergen, se complementan, se anulan... Arte de saturaciones y confusiones, los graffiti son escritura de lo colectivo urbano y de la estridencia y desasosiego de nuestros días. Nada más caótico que una pared atiborrada de graffiti. En ella ningún espacio permanece vacío. Todo en su superficie es caos, abarrotamiento y exceso. Los graffiti son formas chillonas alusivas a la confusión, al desbordamiento, a la falsa abundancia, al incoherente despilfarro. Son equivalentes al grito de una escritura que no permite entender o que se niega a decir. Garabatos más que palabras, chafarriñones más que imágenes, los graffiti ocupan, llenan, manchan; en suma:
vociferan por el muy momentáneo placer de hacerlo.
Fragmento de Puentes y voces (Editorial Sentido, Caracas, 1999)
Rafael Fauquié
Licenciado en Letras por la Universidad Católica Andrés Bello (1977). Postgrado en Sociología de la Literatura en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (1979). Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela (1984). Profesor del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar.
Universalia nº 16 Enero-Abril 2002