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Editorial: Nuestra razón de ser

 

Lourdes C. Sifontes G.*

Esta edición de Universalia ve la luz en un trimestre atípico en nuestra casa de estudios: un septiembre-diciembre que se superpone a una suerte de extemporáneo abril-julio, con todos los retos, las dificultades y las posibilidades que ello implica tanto en el ámbito académico como en el humano. Encaremos un hecho: las soluciones a ciertos problemas nunca son ideales. Lo que ahora sí es cierto es que todos, tanto los que estaban a favor como los que estuvieron en contra de esta reprogramación del calendario están -estamos- comprometidos a hacer cuanto esté a su -nuestro- alcance para llevar esta aventura al mejor de los términos.

Es, entonces, hora de dar la bienvenida a los estudiantes que ingresan a la Universidad Simón Bolívar. Una vez más se llenan las aulas con las aspiraciones y los sueños de quienes han elegido este recinto como el camino de su profesionalización. Precisamente en este trimestre los gritos a coro del calificativo "¡Nuevos!", con todo lo que tienen de picardía, de cariño, y de ingenua veteranía de quienes los profieren, despiertan sonrisas -y nostalgias- de un extremo a otro del campus. Sean, pues, bienvenidos los "nuevos", con todo lo que la palabra contiene de juventud, empuje, ilusiones, despertares e iniciativas. Sean bienvenidos al diálogo universitario, dentro del cual Universalia es un espacio que siempre les abrirá las puertas.

Como bienvenida, este número, que será el primero en las manos de la nueva cohorte, tiene el orgullo de poblar sus páginas con las voces estudiantiles de los ganadores de los concursos "Iraset Páez Urdaneta", "José Santos Urriola" y "Segundo Serrano Poncela", tradiciones de la Semana de Estudios Generales que celebramos el pasado trimestre y en cuyos eventos contamos con la participación de profesores, estudiantes, otras instancias de la Universidad y entidades externas, a todos los cuales agradecemos su siempre generosa contribución.

He aquí, entre los valiosos aportes del personal académico y de otros colaboradores, la creación y la reflexión de esos estudiantes que, en el espíritu de los Estudios Generales, hacen de la escritura un espacio de expresión, disciplina, integridad y conocimiento, y asumen con madurez el reto de su propia formación para construir, con sus inquietudes e intereses, su totalidad humana.

Es precisamente a los estudiantes a quienes quisiera dirigir estas líneas: a los que fuimos, somos y seremos estudiantes siempre; a los que hoy entran por primera vez al terreno de juego como universitarios y a quienes lo harán en el futuro; a los que ya fogueados, probados -y una que otra vez, quizás, reprobados- en las aulas uesebistas, se preparan a conciencia en múltiples dimensiones. En mis primeros meses en el equipo del Decanato de Estudios Generales he podido constatar, en el ejercicio de la relación con los estudiantes como Coordinadora, lo que siempre intuí en el salón de clases: ustedes, estudiantes pasados, presentes y futuros de la U.S.B., no sólo constituyen nuestra razón de ser; además, nos reconcilian permanentemente con el país, con la institución y con la vida.

(*) Coordinadora del Ciclo Profesional
Universalia nº 19 Abr - Sept 2003