Picasso es uno de los más destacados y fecundos dibujantes de la historia del arte. Esta faceta es fundamental para entender el resto de su obra, pues la visión de conjunto de sus dibujos nos permite seguir, paso a paso, el desarrollo de sus ideas y la gestación de grandes composiciones pictóricas. Podría decirse que Picasso pensaba dibujando, que su mano era una extensión de su mente, siempre en efervescente búsqueda creativa, en constante trasformación. Empleó todo tipo de técnicas (mina de plomo, lápiz negro o de color, carbón, pluma, pincel, tinta china, aguada, acuarela, gouache) y de soportes (papel de dibujo, de carta, lienzo, cartón, servilletas, hojas de periódicos y revistas, todo lo que encontraba a su alcance), pero la principal de sus experimentaciones fue la conceptual.
Muchos de sus dibujos se plasmaron en cuadernos: se conocen 175, creados entre 1894 y 1967; algunos, lo suficientemente pequeños como para llevarlos siempre encima y permitirle anotar sus interpretaciones del entorno; los más grandes, cosidos o con espiral, los tenía en su estudio y los usaba para realizar bocetos preparatorios e intermedios de pinturas o esculturas.
En 1955, el artista acepta la propuesta de protagonizar el film de Henri-Georges Clouzot Le mystère Picasso, donde podemos asistir al sorprendente espectáculo de ver cómo se van gestando sus dibujos paso a paso, en un derroche de inventiva y habilidad. De este período son los magníficos dibujos a base de grandes manchas de tinta con tema taurino.
La relación que mantuvo Picasso con el grabado fue muy intensa, pudiendo denominarse incluso de pasional, fue una técnica que meditó, trabajó y experimentó como pocos maestros en la historia del arte han hecho. Su obra gráfica da testimonio de los sentimientos e ideas del pintor. El aguafuerte y la punta seca son las técnicas utilizadas en su primera etapa como grabador y es ya en la década de los años 20 cuando experimenta y trabaja más el grabado. Su obra cumbre, La Suite Vollard, de cien grabados son encargados por Ambroise Vollard y realizados entre 1930 y 1937. Una de sus obras litográficas más conocidas La Paloma de la paz, adornó el cartel para el Congreso Mundial de la Paz de 1949 en París. Los grabados de Picasso son por su número y calidad una parte fundamental de su obra.
Fuente: http://members.tripod.com/jr-tendencia/id48.htm
Universalia nº 20 Sep-Dic 2003