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Poemario

Por Br. Débora Ochoa, estudiante de Lic. Matemáticas

Globalización

          Ayuda.

Palabra hecha de despojos
mentira y ansiedad diversa.

         Justicia.

Franquicia que se distribuye
en los sitios menos sucios
y se vende a precios bajos
con descuentos de autenticidad.

          Dinero

Clamor que impregna nuestras vidas
De cosas materiales
Salidas seriales.

Matemáticas puras

El tiempo político
no es más
que una modificación
de los momentos
            reales,
adaptada
a la desfachatez de argumentos
de entes radicalizados que habitan,
        gobiernan,
                 manejan
la información y mentalidades
de pueblos fraccionados
y enteros.

Son ríos

Cada frase convertida en respiro,
cada latido tornado en pasión,
cada mal pensamiento
ensañado contra mí,
todas las miradas,
las intenciones y las batallas,
todo ello me revuelve
mientras atajo el aire otoñal
que sobrevive al análisis
mientras te atajo un poco también
y hacemos caer las hojas
en la época incorrecta
del año.

Velos y raptores

Soñé y no necesariamente
aprendí a vivir más
o mejor
o más intensamente.

Quise y no obligatoriamente
conocí a profundidad
o aprecié
o tomé con cuidado lo que tuve.

Viví como una muy grande palabra,
dije
sin criterio
lo que era respirar,
valorar y experimentar
gustosamente.

Amé como hice cualquier otra cosa,
y no
repito
y no
lo sobrevaloré,
sólo que lo hice
completa de mente
demente
completamente.

Un velo cubre mis ojos
y no siento
y mis sentidos.

Viaje gripal

A las tres cuartas partes
de una enfermedad mundana, te hallé
entre el delirio y la fiebre
borrosa tú, borrosa ella.

                       El sol.
Su intensidad me oprimía;
Los seres que preferían
la avena al chocolate
                                 vinieron
mientras el suelo, que no podía verse
se tragaba tus rayos del demonio.

Drogas que en mi fuerza
mermaron control y añadieron lucidez,
narcos que
eran tus iguales,
me condujeron entre llanuras
y asfalto
hacia parientes de poca visión.
            Generosas intenciones.

En cierto momento
mi fe se alongó y comprimió.
Los cables de electricidad en los postes
hacían lo mismo.
Me reí con ellos
de ellos.

Aunque luché
me quedó una idea
pegada a otro rostro.
Adherida a mi regreso.

Y
recuerdo nubes amoratadas
          más que moradas,
y naranjas,
           mucho más que anaranjadas.
No recuerdo, ni pude luego
trozos largos del Sábado.

 

 

Universalia nº 28