El Decanato descubre vocaciones poéticas y narrativas
Esta nueva edición de la Revista Universalia, en la que se recogen los veredictos y algunos de los escritos de los ganadores de los concursos de ensayo, cuento y poesía del Decanato de Estudios Generales, no puede sino alegrar y esperanzar a toda la comunidad y, en especial, a los que desde su espacio de trabajo, sean las Ciencias, sean las Humanidades, siguen librando una lucha para que en la Universidad Simón Bolívar ambas florezcan entrelazadas. Muchos años hace ya que claramente lo expresó Ángel Rosenblat [1]:
El conflicto entre las Humanidades y la Ciencia es un conflicto falso, nacido de pueriles pretensiones de monopolio o de supremacía. Hoy no puede pensarse en unas Humanidades que dejen de lado la grandeza humana de la Ciencia, ni en unas Ciencias tan descarnadas y asépticas que prescindan del aporte del mundo humanístico. Humanidades y Ciencias son vertientes complementarias del espíritu humano, y es urgente abrir amplios vasos comunicantes para que cada campo se fertilice y enriquezca con los tesoros del otro.
Y a esto ha contribuido nuestra universidad a través de las asignaturas de Estudios Generales, las que han hecho posible que un estudiante de Ingeniería pueda reflexionar sobre la relación entre la niñez, la literatura, el tiempo y la libertad, y que otro diserte sobre la ciudad de Londres; o que un tercero, futuro químico, analice el uso de las denominaciones “primavera árabe” o “revolución democrática” para designar una nueva realidad. Todos ellos han sido merecedores de la distinción Segundo Serrano Poncela al mejor trabajo de Estudios Generales. Pero, aún más, a través de los concursos Iraset Páez Urdaneta y José Santos Urriola, el Decanato premia -y, al hacerlo, descubre- vocaciones poéticas y narrativas en futuros biólogos, matemáticos o ingenieros, algunos de los cuales tienen ya una andadura que mostrar.
Con estos concursos la Universidad rinde, anualmente, un homenaje a eminentes profesores cuya voz hace presente; y en sus voces, en sus nombres, recordamos otras voces y otros nombres, y con ellos, todos se salvan del olvido contra el que clamó Iraset Páez:
Puedo enredar los silencios
y equivocarme de versos,
puedo soñarme despierto,
puedo llenarme de lluvia,
puedo soportarlo todo
pero no morirme en tu olvido.
Prof. María Nélida Pérez
Coordinadora del Ciclo de Iniciación Universitaria
[1]Rosenblat, Angel. (1981). Las Ciencias y las Humanidades. La Educación en Venezuela. 4ª ed. Caracas: Monte Ávila Editores.