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Los Estudios Generales: una vivencia integral

Hilmer Castillo Bescanza

Las circunstancias

En 1970 entramos a la USB. La gran mayoría de los nuevos estudiantes deseábamos ser ingenieros. En contraste con este deseo conseguimos en el primer año de estudios dos materias de Ciencias (Matemáticas y Ciencias Naturales) y cuatro materias humanísticas (Lenguaje, Sociales, Inglés y Seminario).

Además, debíamos asistir a charlas dictadas a través del circuito cerrado de televisión. De ellas es difícil olvidar las del Dr. Mayz Vallenilla y las del Prof. Serrano Poncela, tanto por su contenido como por la incomprensión de muchos pasajes de ellas. Estos últimos eran objeto de bromas entre los estudiantes.

Era curioso entrar a una Universidad que se erguía como el modelo Anti Universidad Central, donde la imagen del Dr. Mayz bordeaba la del dictador, y sin embargo había más humanidades que Ciencias.

Pero estas circunstancias no reglan sólo para los estudiantes. Todos los profesores de la Universidad debían asistir a reuniones académicas, donde se presentaban las ideas que las autoridades tenían sobre la Universidad. En otras palabras, eran reuniones donde se involucraba al cuerpo docente con una filosofía. Dentro de esta filosofía los Estudios Generales y la Excelencia Académica eran los pilares fundamentales.

Dentro de estas circunstancia nos formamos, integralmente, muchos profesores de la USB. Para la mayoría de nosotros el haber tenido los Estudios Generales que tuvimos fue fundamental, vital. Sin embargo, cuando en ocasiones nos reunimos y hablamos sobre el tema, coincidimos en que la idea inicial parece haberse extraviado, por decir lo menos.

En estas líneas trataremos de resumir, lo que vivimos como estudiantes, lo que nos aportó esta vivencia en el ejercicio profesional, lo que estamos observando como profesores y, finalmente, lo que pensamos que podría hacerse para lograr un mejor futuro para los Estudios Generales.

La experiencia estudiantil

La podemos resumir en una frase: "nos vendieron bien las asignaturas". Aunque obviamente existían sus excepciones, en general los profesores de Estudios Generales se dieron cuenta que no éramos estudiantes de una Facultad de humanidades. Éramos estudiantes que nos orientábamos hacia la tecnología y la mayoría habíamos tenido experiencias pobres con las humanidades. Era como opinar sobre ellas como materias de hablar "paja".

Al llegar a una clase sobre la "La soledad del hombre" con Joaquín Marta Sosa o con Francisco "Pancho" Rivero comprendíamos que eso tenía que ver con nosotros. Lo mismo ocurría cuando José Santos Urriola, o Rosario de León, o Efraín Subero nos entregaban trabajos corregidos donde se demostraba nuestra capacidad de expresarnos en forma escrita. La realidad de nuestro país comenzó a tomar forma en los seminarios de problemas de la "sociedad venezolana" que conducía Tosca Hernández y en los de "Salud" con Argenis Hernández. Quizás, nuestras mayores quejas se referían a la poca ayuda que la asignatura de Inglés nos daba para enfrentarnos al inglés de los libros de Matemáticas, Física y Química. Alguna vez escuchamos que se estaban dando, de manera opcional, cursos de "Inglés para Usos Específicos" y opinamos que los mismos deberían generalizarse desde cl primer año y de forma obligatoria. De cualquier forma, las clases de Lolita Raventós, Sonia Valle y David Getter no eran discordantes de la idea de Estudios Generales.

Aprendimos a hablar, a discutir, a escribir, a apreciar problemas y a tomar posición. En conclusión, la estrategia de mercadeo del producto funcionó.

La experiencia profesional

Nuestra primera experiencia de campo fue el desarrollo de una metodología de aprendizaje tecnológico en la Siderúrgica del Orinoco. Ello nos obligó a vivir una de las realidades de planta industrial más fuertes e intensas que existen en Venezuela. La formación de los Estudios Generales comenzó a funcionar. La comprensión del problema humano?social era más significativa que la del problema tecnológico mismo; la capacidad de persuadir con nuevas ideas dependió mucho de la posibilidad de expresarnos con éxito, oralmente y por escrito; la toma de posición sobre los hechos ecológicos era también vital. En ese momento nos sentimos orgullosos de haber tenido esa formación multidisciplinaria.

La experiencia docente

Desde nuestra graduación, sólo hemos abandonado nuestra actividad docente en la USB durante los estudios de postgrado. Hemos visto crecer, muchas veces con tristeza, a nuestra Universidad. A veces se debe comprender que el volumen puede no ser compatible con la calidad. Sin embargo no compartimos esta creencia.

En los últimos diez años hemos visto con preocupación el deterioro que sufren nuestros estudiantes en su capacidad de expresión oral o escrita, aun en materias de tecnología, en las cuales con un vocabulario mínimo se puede sobrevivir. El desconocimiento del entorno sociopolítico del país es de magnitud considerable. La sensibilidad a otras áreas del conocimiento disminuye. Al final todo se reduce a ¿con cuánto se pasa?. Es como la versión académica de ¿cuánto hay pa'eso?.

De tal forma que no sólo se está produciendo un deterioro en nuestra Universidad en lo que se refiere a preparación en Ciencia y Tecnología (donde la principal causa es el poco presupuesto para renovación tecnológica). También lo estamos viviendo en nuestros Estudios Generales, donde la renovación no depende tanto de inversiones en equipo.

Construyamos el futuro hoy

Estamos convencidos de que la inspiración de los Estudios Generales es más vigente hoy que ayer. La naturaleza interdependiente y compleja del entorno social, político. económico y tecnológico así lo exige.

Ya no es posible usar "La soledad del hombre de Erich Fromm sino tal vez "Computer Power and Human Reason" de Joseph Weizenbaum. Ya no es posible utilizar las "18 lecciones sobre la sociedad industrial" de Raymond Aaron sino tal vez "Megatendencias" de John Naisbitt. Ahora es necesario, no sólo insistir en la capacidad de expresarse en forma oral y escrita, sino también apoyándose en nuevas herramientas tecnológicas de comunicación como lo son: programas de imprenta de escritorio, hipertexto, hipermedios, presentaciones asistidas por computador, etc.

Hay que retomar la idea del mercado de los Estudios Generales. Hay que actualizar a los Estudios Generales dentro del ámbito de una Sociedad Informatizada.

Universalia nº 1 Abr-Jul 1990