Carlos Pacheco*
Estas notas sobre la clasificación de las asignaturas de Estudios Generales del Ciclo Profesional fueron preparadas a partir del estudio realizado por el Consejo Asesor de la Coordinación y posteriormente revisadas y aprobadas por él.
Desde el trimestre septiembre diciembre de 1989, el Decanato de Estudios Generales adoptó, una clasificación que distribuye las asignaturas de Estudios Generales del Ciclo Profesional en los siguientes grupos:
Fundamentos, teorías y procesos
Tópicos (Cursos monográficos y seminarios), y
Talleres.
Esta clasificación se funda en la necesidad de racionalizar el componente de Estudios Generales que forma parte de las diversas carreras ofrecidas por la Universidad Simón Bolívar, así como la de alcanzar una mayor coherencia e integración entre los diferentes tipos de asignatura que comprende ese programa.
Es por ello que la clasificación va asociada a una normativa que distribuye equitativamente los "tipos" de asignaturas, imponiendo como requisito para todos los estudiantes, la aprobación de un mínimo de 3 asignaturas del grupo I y de 2 asignaturas del grupo II, de un total de siete que conforman en promedio su plan de estudios, quedando así el estudiante en libertad para incluir hasta dos asignaturas del grupo III.
El diagnóstico realizado a partir de la información sobre la preferencia manifestada por los estudiantes en el acto de inscripción, así como la necesidad de alcanzar, a través de asignaturas de los diversos tipos, la totalidad de los objetivos del programa, condujo a la Coordinación del Ciclo, con el acuerdo de su Consejo Asesor y el visto bueno del Decano, a implantar el mencionado sistema. La experiencia de los últimos trimestres ha mostrado la necesidad de clarificar la clasificación adoptada y de establecer definiciones operativas de las diversas categorías que nos sirvieron para elaborarla, con el fin de apoyar por esta vía el trabajo que vienen realizando los departamentos vinculados al programa con vistas a la revisión y reestructuración de sus respectivas ofertas.
No resulta difícil advertir, en primer lugar, que la clasificación está fundada principalmente sobre dos criterios o abordajes conceptuales complementarios: uno, el de la dimensión de enfoque correspondiente a cada asignatura; otro, el de las estrategias pedagógicas específicas a partir de las cuales es concebido un determinado programa.
Si atendemos al primer criterio, veremos que las asignaturas del grupo I en contraste con las restantes tienen con común el hecho de orientarse hacia panoramas más bien amplios de conocimiento, visiones de conjunto sobre diversas realidades y áreas del saber a las que un futuro profesional debe acceder en algún momento de su formación universitaria.
Dentro de este primer grupo, llamamos operativamente "Fundamentos y teorías" a aquellas asignaturas de carácter introductorio, de fundación, si se permite la redundancia. Ellas deben brindar al estudiante la oportunidad de ponerse en contacto (quizás por vez primera, al menos a nivel universitario) con una disciplina del conocimiento, una de las artes, o uno de los órdenes mayores de la actividad humana, de ubicarse con respecto a ese objeto panorámico y de aclarar y fijar ciertas nociones básicas en torno a él. Son también parte de este grupo aquellas asignaturas cuyos contenidos se dirigen principalmente al estudio de las premisas conceptuales que en los diversos saberes permiten la comprensión y explicación de los fenómenos, incluyendo la pregunta por la especificidad misma de tales disciplinas, su fundamentación, sus principales operaciones cognoscitivas y metodologías de trabajo.
Aún dentro del primer nivel de amplitud, denominamos "Procesos" a las asignaturas donde predomina una averiguación de carácter histórico, una revisión secuencial o diacrónica de un determinado período amplio de la historia socio política o cultural de la humanidad, incluyendo por supuesto la historia de las ciencias y las artes en sus dimensiones más amplias.
Todas las asignaturas de Estudios Generales están llamadas por principio a ser, precisamente, "generales", en tanto contrastan con la especificidad de las asignaturas de carácter profesional, de suyo más especializadas. Las correspondientes al grupo I, sin embargo, son las más generales entre todas, en razón de la amplitud de enfoque que las caracteriza.
Se presentan por consiguiente como las más idóneas para ubicar al estudiante neófito en uno u otro campo del saber. Son también las más adecuadas para recibirlo de vuelta después de algunas incursiones en la indagación de problemas específicos (grupos II) y de algunas experiencias prácticas (grupos III), haciéndole posible la reflexión ulterior y el esbozo de una síntesis personal e integradora.
Por su carácter introductorio, su aspiración sintética y su propósito de lograr visiones de conjunto, las asignaturas del grupo I tienden a prestarse de mejor grado y siempre en alguna medida a requerir de exposiciones por parte del profesor. Este hecho no está reñido por supuesto con la posibilidad y la conveniencia de utilizar elementos de otras estrategias pedagógicas o técnicas de enseñanza como la dinámica de grupos, la indagación dirigida del tipo "seminario", el trabajo en equipo, la exposición oral de resultados o la discusión en aula, situaciones de enseñanza/aprendizaje donde los alumnos desempeñan un papel más activo. Tampoco excluye la eventual confrontación de experiencias prácticas dentro o fuera del aula. Sin embargo, la utilización de tales técnicas o de otras similares como apoyo a la actividad docente no convierte a las asignaturas de este primer grupo en "seminarios" o en "talleres".
Es ahora el momento de referirnos al segundo grupo. Si retomamos el criterio de la amplitud del enfoque, advertimos enseguida que, en contraste con las del grupo anterior, las asignaturas de éste se caracterizan por elegir un objeto más reducido con el fin de profundizar en su conocimiento.
Es precisamente esto lo que denominamos "Tópicos", (hasta ahora "cursos monográficos y seminarios"); es decir, aquellas asignaturas donde se reduce sustancialmente el ámbito estudiado con el fin de intensificar el conocimiento resultante; donde el acercamiento al detalle y el trabajo analítico permiten al alumno una comprensión distinta, aunque igualmente necesaria, tanto de la materia tratada como de los modos de conocerla.
Entre las variables que pueden incluirse dentro del segundo grupo de asignaturas, destaca la del Seminario. Se trata de una modalidad de enseñanza que presenta requerimientos particulares y es capaz de alcanzar objetivos también específicos: Cuando se diseña un programa de asignatura cuyo objetivo principal es la familiarización del estudiante con las técnicas de investigación, donde el profesor no entrega contenidos ya elaborados a sus alumnos sino que los provee de una motivación y unos recursos para que ellos los encuentren por sí mismos, guiándolos durante ese proceso y apoyándolos finalmente en la labor interpretativa y en la formulación de los resultados, estamos entonces frente a un Seminario.
El número de estudiantes de un seminario debe ser relativamente reducido, en razón del tipo de actividad realizada, de la interacción y el seguimiento requeridos. Por esta misma causa, la dimensión del objeto de estudio (al menos en el caso de cada investigación particular) debe ser limitada. Este requisito se hace especialmente importante cuando se trabaja por trimestres, como en nuestro caso. Todo esto sitúa a las asignaturas de esta clase sean seminarios o cursos convencionales en un mismo nivel respecto a las del grupo I.
Concluyamos con algunas observaciones sobre los talleres. La enseñanza práctica es probablemente la más antigua técnica pedagógica que podamos concebir. Mucho antes de que la escritura pudiera ser siquiera imaginada, antes también de que existiera en los distintos órdenes del conocimiento masa conceptual alguna, ya existía un "aprender haciendo": es la cacería o la cocina, la medicina natural o la pintura rupestre en la prehistoria o la relación aprendiz/maestro en un gremio artesanal del medioevo. Más tarde la enseñanza práctica se convierte en una metodología muy bien fundamentada e insustituible para el logro de algunos objetivos de enseñanza, muy desarrollada por la investigación educativa y que hoy día es aceptada y apreciada en universidades de todo el mundo.
El "taller" en este sentido académico, no es por supuesto un mero ejercicio imitativo. Supone en primer lugar ser conducido por un profesional del arte, del oficio, de la técnica que se intenta enseñar. Supone como el seminario un número de alumnos más reducido y a menudo ciertas especiales condiciones de espacio y de recursos. No puede ser un ejercicio ciego ni mecánico y debe venir siempre bien acompañado como desde un principio se ha entendido en nuestro programa por una imprescindible dosis de información, de reflexión teórica y de ubicación histórica.
Dentro de nuestra concepción de la formación general, el taller juega un papel de relevancia, puesto que, en contraste con las asignaturas de los grupos I y II, aporta el elemento práctico, posibilita una experiencia directa, no mediatizada, de la realidad, contribuye al desarrollo de la creatividad y se convierte en instrumento óptimo para el entrenamiento, para el desarrollo de destrezas y hábitos deseables, para la educación práctica. En este sentido, puede ser una excelente puerta de reingreso a la reflexión teórica, a la conceptualización generalizadora, al esfuerzo sintético.
Si después de lo expresado se considera en conjunto los tres grupos de cursos con sus respectivas divisiones, si se pondera las bondades y características de cada tipo, aparecerá entonces con mayor claridad la necesidad de que el estudiante, a lo largo de su formación universitaria, se ponga en contacto con varios de ellos, acercándose así de manera más cierta al logro de los diversos objetivos de la formación general.
*Coordinador de Estudios Generales del Ciclo Profesional
Universalia nº 2 Sep-Dic 1990