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Lengua y Literatura: El Lenguaje

Fernando Fernández*

Muchos estudiantes, por no decir casi todos; también profesores de los Estudios Profesionales se preguntan ¿por qué se enseña lenguaje en la Universidad? Esta cuestión, como todas, lleva dentro de sí una respuesta, que podría ser de muy variada índole, por ejemplo: cuando se llega a la universidad ya el hablante ha desarrollado por completo su lengua materna y no le hace falta estudiarla más; debe dedicar ese tiempo a otra actividad más especializada, para eso es la universidad. Esta cuestión, aunque atractiva, tal vez por lo simple, carece de respaldo científico. Las más recientes investigaciones psicolingüísticas sobre la adquisición y desarrollo de la lengua materna concluyen que si bien es cierto que cuando el niño ingresa a la escuela básica ya ha adquirido los fundamentos de la sintaxis y gran parte del léxico más usual, todavía hace falta que sea sometido a experiencias controladas y sistemáticas que lo ayuden a incorporar los aspectos más complejos de las reglas de adecuación oracional y a enriquecer y perfeccionar sus posibilidades expresivas en el plano del vocabulario. Ese adiestramiento debe continuarse durante toda la formación elemental, el bachillerato, la universidad y la vida. En cada etapa el hablante debe ser expuesto en forma metódica a ejercitaciones que se ajusten a su desarrollo intelectual, motor y afectivo. A lo mejor, en la edad adulta no le hagan falta maestros ni profesores que lo acompañen en la tarea de seguir aprendiendo y creciendo; pero en la adolescencia, que en algunos suele extenderse más allá de los veinte años, es recomendable que el hablante agente se someta a gimnasias de lenguaje con rigor y placer.

Por otra parte, como se ha demostrado también, la escuela básica y el bachillerato equivocan el enfoque con el que debe ser abordada la enseñanza del lenguaje, al centrar las actividades de aprendizaje en repetición memorística, automática y pasiva de reglas gramaticales y olvidar el tratamiento comunicacional que privilegia la práctica del lenguaje como un instrumento de intercambio social.

La enseñanza del lenguaje lengua materna- en la universidad se divide en dos etapas: el primer año y el ciclo de los Estudios Generales que corre paralelo con los Estudios Profesionales. En la inicial, el Departamento de Lengua y Literatura ofrece tres asignaturas consecutivas, Lenguaje I, II y III (LLA111, 112 y 113), en las que se coloca al estudiante frente a situaciones concretas de comunicación que le permitan producir y decodificar actos de habla adecuados a sus necesidades. Se hace hincapié en la lectura analítica y crítica de textos de prosa expositiva, así como literarios, con el fin de dotarlo de la tecnología necesaria para extraer ideas principales, redactar un resumen, preparar un comentario. Esas habilidades proveen al estudiante del instrumental necesario para comprender textos (conceptuales o no) de cualquier contenido y le permiten afianzar una metodología racional para la resolución de problemas intelectuales. Además de la lectura, se destaca el dominio de destrezas de redacción y de expresión oral. Otro aspecto no menos importante en estos tres cursos de lenguaje, es el trabajo que debe hacer el profesor con las actitudes del estudiante en relación con su lengua. Hablar y escribir, leer y escuchar son actividades propiamente humanas. Del hombre común y corriente, y no sólo del poeta o escritor de oficio. La lengua nos pertenece, como nuestro espíritu, nuestros afectos y nuestros sueños. Así, una clase de lenguaje en los Estudios Generales será una sesión para el provecho, para el ejercicio, en el que se amasan y amansan palabras, para hacerlas obedientes y también viva y personal expresión de nuestro ser. A hablar, por otra parte, se aprende. Nacemos con una capacidad y con una disposición biológica. Pero la comunicación a través del lenguaje se logra sólo con la práctica de la interacción social y el dominio que se deriva de ella. A hablar se aprende hablando.

Además de los cursos de lenguaje de primer año, el Departamento de Lengua y Literatura organiza otros que, dentro del área de la lingüística y la comunicación, abordan objetivos que profundizan y amplían los ya cumplidos en el ciclo básico. Los talleres de Expresión oral (LLE 113) y de Redacción (LLE 116) refuerzan aprendizajes de los cursos de lenguaje de primer año, de una forma todavía más práctica y específica.

Aproximación al habla venezolana (LLE-111) pone al estudiante en contacto directo con el dialecto venezolano: la forma de hablar característica de los que habitamos estas tierras.

Introducción a la lingüística (LLX 111) e Introducción a la semiótica (LLX 112) colocan al estudiante frente a problemas específicos del lenguaje humano y otros sistemas de comunicación no humanos ¿Hablan los animales? ¿Y las máquinas? ¿Cómo nutre la lingüística a la informática y viceversa? ¿Cuáles son los símbolos de esta época?

Los talleres de Lenguaje y creatividad y Expresión literaria (LLE117 y LLE 115) facilitan al estudiante la construcción de mundos imaginarios y de respuestas novedosas a problemas de elaboración de historias o de metáforas.

El lenguaje de los medios de comunicación social (LLE 112) plantea el análisis de interrogantes relacionadas con la publicidad, los comics, la televisión, la retórica política.

A través de estas y otras asignaturas, el estudiante tiene la oportunidad de acercarse a su lenguaje, tanto reflexiva como pragmáticamente, para reconocer en él un recurso de nuestra naturaleza social, que le sirve para integrarse de modo consciente, critico y activo al mundo, crecer como persona y comunicarse efectivamente con los demás.
*Licenciado en Letras de la UCV, es miembro fundador del Departamento de Lengua y literatura, el cual dirigió por varios años. Se especializa en la enseñanza del lenguaje como lengua materna y dicta habitualmente los talleres de expresión oral y de redacción.

Universalia nº 2 Sep-Dic 1990